Resumen
El hecho de que todos los gobiernos del mundo asuman como propios los objetivos de desarrollo del milenio significa aceptar que los grandes modelos no han sido capaces de enfrentar el reto humano que ellos implican. De alguna forma volvemos a la historia de los sistemas económicos comparados, no el uno contra el otro, como lo hicimos durante las décadas de la guerra fría, sino comparar y enfrentar cada modelo "contra sí mismo", sus principios e ideales contra los resultados históricos.
Realidad: Revista de Ciencias Sociales y Humanidades No. 108, 2006: 221-249

Esta obra está bajo una licencia internacional Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0.