Resumen
El artículo aborda las ideas de tiempo vivido y memoria y su proyección humana, histórica, sociológica y política sobre el silencio impuesto a las víctimas del conflicto armado por los victimarios y sus cómplices. Desde su experiencia de once años de cercanía con las víctimas del conflicto armado, en la tarea del Tribunal Internacional para la Aplicación de la Justicia Restaurativa en El Salvador, el autor sostiene que las heridas del terror siguen vivas en la memoria de las víctimas y sus descendientes, y la represión de su memoria se proyecta sobre el futuro, contaminando la convivencia y la democracia, al tiempo que les provoca una nueva y compleja revictimización. Este silencio de la negación o ‘memoricidio’ ha sido y es una forma de tortura psicológica permanente para las víctimas y sus familias con graves efectos patológicos. El autor sostiene que cualquier
ejercicio de represión de la memoria histórica individual y colectiva, provenga de regímenes dictatoriales o de leyes de amnistía o de punto final que garanticen la impunidad de los victimarios de crímenes contra la humanidad, sea cual sea la razón y el contexto histórico en que se promulguen, son instrumentos contra la vida, son leyes contra la naturaleza humana que ninguna sociedad democrática y respetuosa con los derechos humanos puede permitir. Por ello, el ejercicio de recuperación de la memoria histórica es una apuesta por la vida, una experiencia positiva de sanación y un instrumento necesario para el fortalecimiento de las actitudes democráticas y tolerantes en la sociedad actual.
ECA Estudios Centroamericanos, Vol. 75, No. 760, 2020: 37-46.
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