Resumen
Desde su experiencia como miembro del Tribunal de El Salvador, en sus ya siete ediciones, el autor sostiene que las víctimas salvadoreñas de graves violaciones a los derechos humanos y crímenes contra la humanidad nos piden cercanía, proximidad a sus vidas, reconocimiento social, verdad, justicia y reparación. Esa demanda nos exige propiciar espacios de encuentro común donde compartir dudas éticas y dolores morales, así como lugares donde se pueda manifestar y tocar el dolor de quienes siguen sufriendo. Por eso, el Tribunal surge como una iniciativa desde la sociedad civil, en concreto del Idhuca y de la Red de Comités de Víctimas Salvadoreñas, y, por lo tanto, encuentra su legitimidad en la propia demanda de las víctimas y en la necesidad de complementar el trabajo de la Comisión de la Verdad, demanda que se sitúa en un contexto de absoluta impunidad y de ineficacia completa de la Administración de Justicia.
ECA Estudios Centroamericanos, Vol. 70, No. 740, 2015: 107-129.
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