Resumen
El artículo pretende mostrar que el actual proyecto político que se está implementando en El Salvador conlleva a prácticas genocidas por parte del régimen. La práctica genocida consiste en el exterminio sistemático e intencional, total o parcial, que un gobierno ejecuta contra un grupo por razones étnicas, raciales o religiosas, según lo afirma la Convención de las Naciones Unidas sobre el Crimen de Genocidio, ratificada por el gobierno salvadoreño en 1948.
El autor argumenta sobre la necesidad de ampliar el término a fin de que lo religioso se extienda a lo ideológico y, dentro de lo ideológico, considerar al grupo que denomina "oposición política" como sujeto de exterminio.
Hechas estas definiciones de tipo formal, muestra que, cuantitativamente, los niveles de asesinatos políticos cometidos por el régimen son tales que se aproximan a niveles de exterminio. Cualitativamente, la población que está siendo exterminada tiene, como denominador común, una declarada oposición al régimen, o bien, una supuesta oposición que el régimen le ha atribuido. En este sentido, el exterminio es sistemático.
Acto seguido argumenta sobre la intencionalidad del exterminio, basándose en que el exterminio ha sido diseñado y que se pueden apreciar los avances de acuerdo al diseño, y que éste intenta estar legitimado y justificado.
Concluye que la responsabilidad del exterminio recae tanto sobre los Estados Unidos de América como impulsores y asesores principales del diseño so pretexto de impedir el avance del comunismo y el extremismo en la cuenca del Caribe; sobre la Fuerza Armada Salvadoreña y las bandas paramilitares bajo su control, como los ejecutores principales del exterminio; y sobre el Partido Demócrata Cristiano, por ser cómplice de los anteriores en su carácter de justificador del proyecto genocida.
ECA Estudios Centroamericanos, Vol. 35, No. 384-385, 1980: 983-1000.

Esta obra está bajo una licencia internacional Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0.
Derechos de autor 1980 Gabriel A. González