Resumen
Monseñor Romero ha penetrado a la dimensión de lo simbólico, de lo figurativo, del arte. Su persona entrega total está inspirando a quienes inspiran a la humanidad con la palabra poética, con la plástica, con el drama, con el pensar y el sentir hechos música. Desde el arte popular más ingenuo de un exvoto colgado en su sepulcro hasta el cine que reconoce el mundo, y la ópera, conjunción plural de la expresión estética. ¿Por qué? Porque su vida abundó en los grandes valores humanos que alientan el arte: el bien, la verdad, la libertad y la justicia.
ECA Estudios Centroamericanos, Vol. 45, No. 497, 1990: 157-163.
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Derechos de autor 1990 Francisco Andres Escobar