Resumen
Aunque se pretende paliar la verdad objetiva -aduciendo, sobre todo, la verificación de procesos electorales-. Múltiples factores demuestran que en El Salvador no hay democracia real y profunda.
La pérdida creciente de soberanía, el deterioro de la situación del pueblo, la militarización usurpadora de un poder político autónomo, la sistemática e impune violación de los derechos humanos, el desprestigio de los partidos políticos, la politización partidista de los órganos del Estado ... son algunos indicadores de la falta cabal de democracia. Falta de democracia que, en última instancia, es lo que impide la superación de la actual crisis político-social y del conflicto armado. Por lo cual, la implantación de la democracia es la urgencia prioritaria en la búsqueda de un cambio transcendental.
ECA Estudios Centroamericanos, Vol. 45, No. 503, 1990: 729-745.
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