Resumen
Hoy conformamos una única sociedad mundial, con muchísimas diferencias culturales, costumbres, hábitos, dioses, valores y concepciones dispares, pero con un único sistema mundial y una única estructuración de las formas de vida. La conformación de una única sociedad mundial no significa homogeneización, sino un incremento de la estratificación y diferenciación social. Pero ¿qué seleccionamos y qué descanamos de cada cultura? ¿Podría ser que ahora el relativismo cultural fuera el mejor instrumento para ocultar los vínculos reales de marginación existentes en el planeta? ¿Cómo podría fundamentarse una filosofía intercultural que no enmascare los vínculos físicos de la humanidad? Para responder a éstas y otras interrogantes, el autor analiza en qué consisten los vínculos globales y la forma en que las culturas se insertan en ellos.
ECA Estudios Centroamericanos, Vol. 54, No. 609-610, 1999: 629-639.
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