Resumen
Una de las contribuciones más relevantes del pensamiento hipocrático al desarrollo de la ciencia, al de la medicina y más específicamente al de la epidemiología es el postulado que marca la diferencia entre ciencia y opinión o mera creencia. La ciencia es la madre del conocimiento; en cambio, la simple creencia engendra ignorancia, en panicular si la creencia es elevada arbitrariamente a la categoría de hecho científico. Por otra parte, la tarea de adquirir conocimiento científico que pueda servir de base para filosofar y obtener sabiduría es obstaculizada por la práctica de interpretar caprichosamente los hechos científicos e influenciar con interpretaciones amañadas el debate de las causas, la prevención y la atención de enfermedades. De esta manera, es poco realista esperar que la construcción de las políticas de salud se fundamente única o principalmente en lo que la ciencia en general o las ciencias de la salud, en particular, indiquen. Por eso, estas políticas resultan ser políticas (planes) disfrazadas de ciencia, quizá, más en concreto, postulados ideologizados, políticas partidistas maquilladas con ciencia.
ECA Estudios Centroamericanos, Vol. 58, No. 656, 2003: 563-587.
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