Resumen
La ciudad no es solo un espacio físico demarcado. Quienes pretenden definirla y entenderla solo desde sus fronteras físicas, ignoran el carácter fundamentalmente humano de la ciudad, condicionado a las acciones de sus grupos sociales. A la luz de estas visiones, ¿cómo entender el concepto de ciudadanía? La ciudadanía nace cuando la intervención sociopolítica del ciudadano lo lleva a la construcción conjunta de un territorio, demarcado por intereses de grupo, que se manifiestan no solo en un orden social, sino también en un orden político y que adquieren un significado colectivo acerca de un territorio, que les pertenece y al cual penenecen. Sin embargo, esa relación significativa entre la persona y su ciudad es un enlace que cada vez se hace más frágil. Las actuales tendencias de la expresión ciudadana manifiestan desapego territorial, desde el concepto de la ciudad espacial. Las crecientes migraciones y los altos índices de movilidad social reflejan la disolución de las fronteras geográficas. Las progresivas emigraciones y el crecimiento de comunidades salvadoreñas, en países como Estados Unidos y Canadá, han obligado a cuestionar las nociones tradicionales del concepto de ciudad, condicionadas a territorios localizados, territorios geográficos. De hecho, esas transformaciones de las instituciones tradicionales también han implicado una transformación en el concepto de Estado-nación. Ante este panorama surge una nueva pregunta, ¿puede esta política global ser capaz de construir ciudades que respondan a las necesidades locales y localizadas?
ECA Estudios Centroamericanos, Vol. 58, No. 659, 2003: 905-911.
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