Resumen
La gran pobreza y las desigualdades sociales en América Latina han producido cicatrices no solo mundanas, sino envergaduras de gran sufrimiento en la historicidad continental de los pueblos. Regímenes de seguridad nacional y guerras civiles inundaron realidades a punto de estructurar perspectivas de vida a través del mal común. La generación de graves conflictos y traumas sociales urgieron exigencias históricas a las que intelectuales representativos de la realidad latinoamericana, como los mártires Ignacio Ellacuría e Ignacio Martín-Baró, respondieron con acciones que muchas veces entraron en serias contradicciones con las cosmovisiones de los más poderosos. Específicamente, los conflictos y sufrimientos del pueblo salvadoreño se han acercado la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, que a su vez respondió con altura, coraje e iluminación. La vocación de la universidad fue pensada como servicio y por eso el pueblo necesitado es quien le da sentido ontológico y la concibe como instancia de inspiración cristiana en consonancia con sus más altos intelectuales. Mediante ese servicio, la universidad conoce la situación actual de las personas y de sus derechos fundamentales.
ECA Estudios Centroamericanos, Vol. 75, No. 760, 2020: 23-35.
Esta obra está bajo una licencia internacional Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0.