Resumen
Al final de la segunda década del siglo XXI, El Salvador atraviesa una coyuntura crítica dentro de su proceso de transformación social. En medio de cambios en la economía, la demografía y la esfera cultural-religiosa, parece que en la política salvadoreña las tendencias autoritarias vigentes en su régimen finalmente se impondrán. El actual presidente de la República ha encontrado dificultades para imponer su proyecto político dadas las restricciones institucionales que supone no contar con un partido propio ni con una bancada legislativa a su favor, un contexto de gobierno dividido y un diseño que hace a la presidencia institucionalmente débil. En tales condiciones, el presidente y su equipo de gobierno han tratado de superar esas dificultades de manera autoritaria. A la vez, un cambio en el sistema de partidos salvadoreño está teniendo lugar. La resolución del mismo puede dar luces sobre la dirección del cambio en el régimen político. Un cambio por la vía del colapso favorecerá el tránsito hacia un régimen autoritario. Un cambio gradual puede favorecer, o bien el mantenimiento del statu quo, o bien la reacumulación de fuerzas para democratizar el régimen. Pero esta última vía supone la emergencia de sujetos democratizadores en ámbitos más allá de la política y la implementación de políticas de bienestar.
ECA Estudios Centroamericanos, Vol. 75, No. 763, 2020: 21-41.
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