
ANÁLISIS
HABITOS DE CONSUMO MODIFICADOS
DURANTE LA PANDEMIA
R E A L I D A D E M P R E S A R I A L
R E
quién aspiran convertirse. A través de la tecnología
la gente consumió contenidos que le permitieran
aprender nuevas habilidades como cocinar, decorar
o cortar el cabello. Esto demuestra que, a través de
compartir experiencias mediante el video, la gente
puede experimentar un sentido de conexión con los
demás, al tiempo en que puede proyectar un fuerte
sentido de identidad.
Aun cuando las experiencias de compra presencial
no han regresado en su totalidad, las empresas que
dependen del contacto directo, del contacto uno a
uno, deberán competir en el comercio electrónico
entregando experiencias personales con amplios
ambientes y garantías de seguridad en la compra.
Es muy probable que post pandemia se observe un
resurgimiento poderoso en la experiencia de compra
presencial; sin embargo, para entonces, la experiencia
de consumo debe ir más allá de los medidores de
temperatura, los tapetes y el gel sanitizante, pues al
parecer, los consumidores han despertado a nuevas
exigencias que abren oportunidades a empresas que
se dedican a la generación de contenidos, al diseño de
experiencias o a servicios de certicación en controles
sanitarios porque ahí podría estar el valor agregado.
El encuentro con consumidores revela un crecimiento
importante en el consumo de productos culturales,
pero por razones de connamiento el consumo de
cultura tradicional tuvo una decaída. De acuerdo con
el giro obligado hacia lo digital las personas reportaron
el uso de redes sociales para informarse y consumir
actividades culturales, siendo el teléfono celular el
aparato más utilizado para comprar y consumir estas
actividades. La visita a museos o la asistencia al cine
y a conciertos fueron sustituidos por actividades
en línea, como ver series o películas, recorridos
virtuales, cursos y talleres en línea, escuchar música,
transmisiones en directo de conciertos, acceso a
tutoriales y el consumo de podcast sobre motivación,
arte y cultura.
Hallazgos de la etapa después la compra
Los hábitos de consumo y la dinámica de compra
no culminan con el acto de la compra, aún suceden
varias actividades relevantes como la satisfacción del
consumidor, el desecho del producto y la consideración
de mercados alternativos para futuras compras.
Cada vez que el consumidor adquiere un bien espera
obtener buen resultado de su compra, la medida
en que sus expectativas se cumplan determinará
su sentimiento de satisfacción. Todo sentimiento
de insatisfacción genera frustración y una tensión
conocida como disonancia cognitiva, por ello,
los consumidores reportaron el acto de recurrir a
diferentes plataformas que les permitieran reducir
la disonancia buscando datos que justicaran la
buena decisión. Sin embargo, después de la compra,
el consumidor también menciona haber usado las
plataformas digitales para compartir su experiencia
de compra y su grado de satisfacción, lo que
efectivamente lo mueve de consumidor a prosumidor.
Y como la satisfacción del cliente es clave para
establecer relaciones redituables y duraderas, se
conrma que la compra repetida y la lealtad dependen
del grado de satisfacción.
Debido a que la etapa posterior a la compra involucra
también el desecho del producto y la consideración
de mercados alternativos se pudo detectar una
clara tendencia hacia el consumo circular, donde los
recursos no se agotan, sino que se reutilizan. Se ha
formado una clara conciencia sobre la desventaja del
consumo lineal que consiste en fabricar, consumir y,
después de usar, tirar para después volver a fabricar,
volver a consumir y repetir el proceso. Gracias al
gesto cívico provocado por la pandemia, la gente
se empieza a pronunciar voluntariamente por un
consumo circular que consiste en fabricar, consumir
y, después de usar, recuperar en múltiples ocasiones.
Al parecer, las personas han sentido un llamado a la
sensatez y de ahí que, a partir de ahora, en términos de
hábitos de consumo, la gente comprará y desechará
menos después de la compra.
Salida
Es indudable que la incertidumbre sentida por el
consumidor en términos de economía, empleo y salud
provocó que la conanza sea la variable que sufrió
grandes desplazamientos. El proceso de investigación
permitió comprobar que la suposición de un cambio
en los hábitos de consumo es una realidad. Cada
cambio de fase en la pandemia signicó cambios en
la dinámica de consumo, de ahí que se puede anticipar
que cuando la crisis de salud sea superada, es posible
que las personas regresen a su cotidianidad, pero lo
harán con nuevos hábitos de consumo interiorizados
gracias a la duración de la pandemia.
Las empresas y las marcas estarán obligadas a
seguir de cerca las variables y las constantes en las
dinámicas de consumo y deberán considerar que, a
partir de ahora, estarán frente a un consumidor más
precavido, más informado, con más cultura de ahorro,
que buscará envases y etiquetas con información de
calidad, que preferirá productos amables con el medio
ambiente, pues ahora sabe que en cualquier momento
la situación macroeconómica puede cambiar, lo que
puede generar menos gasto espontáneo, menos
compras por impulso y mayor gasto razonado.
La incertidumbre generada por la pandemia pone de
maniesto las siguientes claves de comportamiento