Reseñas
Beyond displacement: campesinos, refugees and collective action in the Salvadoran civil war, de Molly Todd
Beyond Displacement. Campesinos, Refugees and Collective Action in the Salvadoran Civil War, de Molly Todd
Carlos Benjamín ara Martínez realidad.director@uca.edu.sv
Universidad de El Salvador, El Salvador
El libro de la doctora Molly Todd de Montana State University, publicado en 2010 por University of Wisconsin Press, constituye una obra fundamental para entender el proceso de transformación socio-cultural que ha experimentado El Salvador y, en particular, el conflicto político-militar que se desarrolló en la zona norte del país a partir de la década de 1970.
Este libro proporciona una reflexión científica sobre el proceso de revolución social que ha condicionado la construcción de nuevos tipos de sociedad y de cultura en el oriente de Chalatenango y en el norte de Morazán. En el primer capítulo, Todd estudia la conformación de la región norte como una construcción histórica, la cual se ha venido constituyendo a lo largo del siglo XX como una “tierra olvidada”, esto es, desatendida por el Estado nacional e ignorada por el resto de la sociedad, lo que le ha permitido, de acuerdo a la autora, desarrollar una dinámica fuertemente autónoma o poco condicionada por el poder social de la nación.
Partiendo del concepto de región cultural establecido por el antropólogo mexicano Andrés Fábregas Puig (2010), según el cual una región cultural tiene tres componentes: una geografía definida, una historia común y un presente etnográfico, el libro de Todd muestra cómo la región norte cumple con estos tres componentes, resaltando que esta región, como toda región cultural, es producto de una construcción social, en este caso, un proceso que se lleva a cabo al margen del poder central de la nación.
Este proceso relativamente autónomo sentó las bases para la construcción del movimiento campesino revolucionario en la década de 1970, el cual representa uno de los movimientos campesinos más importantes en toda la historia de América Latina. En realidad, este movimiento campesino se construyó con base en una dialéctica de continuidad/discontinuidad sociocultural, en el sentido de que si bien la construcción del movimiento campesino representó una ruptura con la cultura campesina tradicional, sobre todo en relación a la cultura religiosa, también es cierto que este movimiento no se construyó en el aire sino que tomó como punto de partida la tradición socio- cultural de los pueblos del norte de El Salvador, reproduciendo diversas dinámica sociales y culturales que habían sido creadas en sistemas sociales anteriores, como las directivas de las comunidades rurales, las directivas de iglesia y otros grupos religiosos (adoradores de Cristo Rey y otros), concepciones y valores religiosos, relaciones de solidaridad y ayuda mutua creadas a partir de la dinámica de los grupos domésticos, entre otros. En palabras de Molly Todd:
Oral histories, scattered reports of protest actions and the Salvadoran gobernment´s own conduct all indicate that communities in the rural north contributed to the emergence of a strong campesino rights movement that eventually came to be known by the campesinos themselves as la lucha reivindicativa campesina (the struggle in defense of campesino rights) (Todd, 2010, p. 30).1
Aunque la autora resalta la construcción del movimiento campesino del norte de El Salvador a partir de la experiencia social de los propios pobladores de esta región, es importante tomar en cuenta la influencia de agentes externos que llegaron de otras regiones de la nación como los dirigentes de las organizaciones del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN)2 y los sacerdotes teólogos de la liberación que se adscribieron a la opción preferencial por los pobres. También es importante resaltar, como Molly Todd lo subraya, la influencia de la sociedad global, tanto por las corrientes de pensamiento que influyeron en la ideología revolucionaria de los campesinos y semicampesinos3 del norte de El Salvador (marxismo-leninismo, marxismo oriental, pensamiento revolucionario latinoamericano, entre otros) como por la presencia de los internacionales (como les llamaban los propios sujetos sociales), quienes formaron parte del movimiento revolucionario desde el inicio.
En este sentido, la obra de Molly Todd nos invita a pensar el proceso revolucionario con base en una dialéctica que entrelaza lo local con lo nacional y lo global, en el entendido de que no se trata de negar los condicionamientos externos ni la dinámica interna de los sistemas sociales, sino, como lo subrayó Maurice Godelier hace más de 40 años, es necesario:
Subrayar que las causas, externas o internas, solo tienen efectos porque ponen en juego (y, por tanto, hacen actuar como causas últimas) las propiedades estructurales de los sistemas, y que esas propiedades siempre son, en último análisis, interiores a ese sistema y explican el aspecto no intencional de su funcionamiento (Godelier, 1978, pp. 138-139).
En consecuencia, si bien se reconocen los condicionamientos de la sociedad más amplia, nacional y global, es importante resaltar las dinámicas internas, propias de los municipios y las comunidades rurales del norte de El Salvador, las cuales hacen posible que en un momento determinado se construya un movi- miento campesino que provoque transformaciones socioculturales de trascendencia en las poblaciones de la región.
Siguiendo con esta reflexión, es interesante la crítica de Todd a la perspectiva estadocéntrica que ha dominado a las ciencias sociales en el estudio de los movimientos sociales. De acuerdo con Todd:
To date, studies of the Salvadoran civil war also have been largely statecentric. In explaining both the causes of conflict and its resolution, researchers have adopted a near exclusive focus on the national government and military, the FMLN opposition forces, and international influences such as the U.S. government and the United Nations. Rural dwellers, when included in the picture, lack control over their own actions; they are instead manipulated by external forces: radical priests, communists, international organizations (Todd, 2010, pp. 5).4
La crítica de Todd es profunda, pues resalta que siempre los movimientos revolucionarios son estudiados a partir de variables externas, subestimando la dinámica interna de las poblaciones que constituyen sus bases. Por supuesto, no se trata de “darle vuelta a la tortilla”, como reza la frase popular, sino de pensar el proceso revolucionario con base en una dinámica dialéctica, según la cual, si bien las poblaciones locales son condicionadas por las sociedades nacional y global, aquéllas también tienen sus propias dinámicas socio-culturales y condicionan a la sociedad más amplia.
Un tema de gran trascendencia es lo que Todd denomina el sistema de guindas, el cual no se origina en la década del 70, sino que está presente desde muchos años antes del conflicto político-militar. Nuevamente aparece la dialéctica continuidad/discontinuidad socio- cultural, en el sentido de que las guindas constituyen una acción de autodefensa de las poblaciones del norte de El Salvador desde mucho tiempo atrás, pero adquieren nuevas características en el contexto del movimiento campesino revolucionario. Estas nuevas características están asociadas a los niveles de organización política, lo cual se va a constituir en un condicionante de todo el proceso revolucionario que han experimentado estas poblaciones.
Estos niveles de organización política se han generado en parte en los Poderes Populares Locales, creados por las poblaciones que deambulaban por las montañas del norte de El Salvador, y en parte por las poblaciones que se asentaron en los campos de refugiados, en donde desarrollaron una estructura social con fuertes lazos de solidaridad y ayuda mutua. Molly Todd resalta la importancia de la educación en la transformación de la sociedad o en la construcción de un nuevo tipo de sociedad y de cultura. Uno de los apartados del libro se titula: “To educate is to transform” (Educar es transformar) y más Adelante, la autora insiste:
For salvadoran campesinos, the popular education system offered many tools that were necessary to successfully cross to a new and better future. On both the individual and collective levels, popular educations in all its forms–literacy training, Cristian reflection on the Bible, skills acquiered in the camp workshops, and general self-government– promoted transformation from “ignorant simpletons” to “conscious” and politically aware citizens (Todd, 2010, p. 189).5
En otras palabras, la educación constituyó un arma fundamental en la transformación de la sociedad de estos semicampesinos.
Por último, Molly Todd documenta el proceso a través del cual los refugiados tomaron la decisión de retornar a su patria y a su microrregión (al oriente de Chalatenango y al norte de Morazán). Este es un capítulo importante, porque muchas personas piensan que esta fue una decisión de la dirigencia del FMLN, cuando en realidad fue una decisión compartida por la base semicampesina, siendo ésta la que luchó para que se realizara el viaje de retorno. Nuevamente, esto nos coloca en la posición de reconocer a los pequeños agricultores como sujetos de su historia y no como simples marionetas que acatan pasivamente las decisiones de sus dirigentes.
Referencias bibliográficas
Fábregas Puig, A. (2010). Configuraciones regionales mexicanas. Un planteamiento antropológico, Tomo I, México, Gobierno del Estado de Tabasco- CEDESTAB
Godelier, M. (1978). Economía, fetichismo y religión en las sociedades primitivas, Madrid, Siglo XXI.
Todd, M. (2010). Beyond Displacement. Campesinos, Refugees and Collective Action in the Salvadoran Civil War. USA: University of Wisconsin Press.
Notas
Enlace alternativo
https://revistas.uca.edu.sv/index.php/realidad/article/view/4482/4472 (pdf)