La salud docente en la política educativa salvadoreña (2009-2019) 201
Revista Realidad 157, 2021
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ISSN 1991-3516 – e-ISSN 2520-0526
estos educadores tienen entre uno y
más de 50 años de servicio (MINED,
2018b). Y en cuanto a edad, según la
ministra de Educación, en la actua-
lidad hay unos cuatro mil profesores
mayores de sesenta años (Cuatro
mil docentes del sistema educativo
mayores de 60 años se mantendrán
trabajando desde casa, 2020).
Los docentes mencionados desar-
rollan su labor en unas condiciones
difíciles tanto a nivel de infraestruc-
tura y recursos materiales, como en
aspectos psicosociales (USAID, 2017).
Al revisar el primer aspecto, podemos
decir que el MINED, en su Política
de Infraestructura Educativa (PIE),
reconoce esta situación al señalar
que buena parte de las escuelas
requiere de trabajos de construcción,
ampliación o reparación (17,677 aulas
en regular o mal estado) y carecen de
áreas para el desarrollo del arte, la
cultura, la recreación y el deporte
(PIE, 2014). En 2019, el MINED
reportó, por ejemplo, que solo 507
centros poseían salón de profesores;
70, clínica para atender a estudi-
antes y maestros; 1,082, biblioteca;
y 2,474, área administrativa (MINED,
2019e). Es decir, hay una precariedad
en cuanto a estado y cantidad de
este tipo de infraestructura, lo cual
fue aceptado en 2017 por el ministro
de Educación en turno (Joma, Lima y
Quintanilla, 2017) y en 2019 por la
actual ministra de Educación, quien
armaba que más de la mitad de los
centros escolares estaban dañados
(2,944) y que se necesitaban 28.7
millones para repararlos (Paz, 2019).
Pero los centros escolares no solo
tienen problemas de infraestructura,
sino que también de ubicación en
zonas vulnerables a inundaciones y
deslizamientos (837 centros), lo que
implica un riesgo para docentes y
estudiantes. Además, algunos centros
carecen de servicios básicos como
energía eléctrica, agua potable y
conectividad a Internet (PIE, 2014). Al
respecto, en 2019, el MINED repor-
taba 1,739 escuelas sin conexión
de agua potable y 55 sin conexión
de energía eléctrica. Asimismo, no
consideraba la Internet como un
servicio básico (MINED, 2019f)
Ahora bien, al hablar de la infra-
estructura también se debe hacer
de las condiciones ergonómicas, es
decir, la adaptación del trabajo a
las personas. Este es un aspecto no
abordado por el MINED en sus planes
educativos. Sin embargo, según datos
del mismo ministerio relacionados
con la inclusión de personas con
discapacidad, en la mayoría de los
centros educativos públicos se carece
de instalaciones físicas (barandales,
rampas, sanitarios, por ejemplo)
que permitan la inclusión de estas
personas. Las estadísticas sobre las
condiciones de accesibilidad indican
un décit en este tema en 2018: de
5,143 centros escolares, sólo 1,147
poseían rampas; 698, pasamanos; y
234, servicios sanitarios especiales
(MINED, 2019f).
Los décits en ergonomía contra-
vienen la Ley de Equiparación de