tuvo con
dos
grandes
pensadores:
Xabier Zubiri (1898-1983) y Pedro
Laín
Entralgo (1908-1983).
En
1965,
en
la Universidad
Complutense de Madrid, Ignacio
defendía
su
tesis
doctoral,
La
prin-
cipialidad
de
la
esencia
en
Xavier
Zubiri.
Los
catedráticos
se
hallaban
en
la tribuna, Ignacio
en
medio y los
fam iliares
en
los
asientos
de
atrás.
Entre
estos
quiso
estar
presente
el
mismo Xavier.
En
un punto
hubo
un
pequeño desencuentro entre uno
de los
catedráticos
e Ignacio. Desde
atrás, Zubiri le hacía
señas
al
cate-
drático diciéndole
que
Ignacio
tenía
la razón. Dicen
que
esto
influyó
en
el
jurado calificador, que le
otorgó
un
sobresaliente,
en
lugar
de
la califica-
ción
máxima
de
Summa
cum
Laude.
Más
tarde, Zubiri diría
que
Ignacio
fue
el
mejor y
más
profundo
cono-
cedor
de
su
pensamiento.
Hasta su
muerte,
ambos
analizaron y discu-
tieron
el
contenido
de
sus
conferen-
cias,
cursos
y libros. Xavier, no
daba
ningún curso
ni
publicaba
nada
que
no hubiera sido
aprobado
antes
por
Ellacuría.
Otro
aspecto
de
su
audacia
fue
cuando
en
el
año
1981,
el
Papa
Juan Pablo
II
comunicó
el
nombra-
miento como Delegado Pontificio
para la
Compañía, a Pablo Dezza,
con
poderes
de
Prepósito General,
hasta
que
pudiera
ser
convocada
una
Congregación General,
que
tuvo lugar
en
Septiembre
de
1983.
Asistió Ignacio
representando
a
Centroamérica,
así
como
el
Provincial
de
China (Taiwán). A su regreso me
dijo:
"Tu
hermano
es
un valiente. Fue
el
primero
que
rompió
el
silencio
de
la Congregación General,
pregun-
tando
al Padre Dezza,
si
la
presente
Congregación iba a
ser
una
'pacomia'
(palabra que
usábamos
para las
fiestas,
alabanzas
para
el
homena-
jeado), o iba a
continuar
el
camino
del
Padre Arrupe:'
El
doctor
Laín
Entralgo y Xavier
Zubiri escribieron por
separado
una
carta
al PadreArrupe,en
ese
entonces
Superior General.
El
doctor
Laín
insistía
en
el
peligro
de
que
asesi-
naran a
Ignacio y la necesidad
de
su
ayuda
en
España. ':Ahora sí
puede
pasar", escribía Ignacio. Zubiri decía
a Arrupe,
"me resisto a
creer
que
la
Compañía
de
Jesús no me
tienda
una
mano,
aunque
sea
tan
indigno
de
ella" (carta
del
29
de
enero
de
1967).
Después
de
un tira y afloja, se llegó
a la conclusión: Ellacuría pasaría
tres
o
cuatro
meses
en
Madrid y
ocho
o
nueve
en
El
Salvador.
Comento
brevemente
la
carta
de
don
Pedro,
amigo
de
Ignacio,
que
le
describe
más
por
lo
que
fue,
phar-
makos,
que
por
lo
que
hizo y
que
nos
anima
a seguir su legado. Pedro
Laín
Entralgo
llamaba
a Ignacio
el
"phar-
makos
cristiano".
El
término
"phar-
makos
" significa
medicamento.
Los
griegos
arcaicos llamaron
pharmakos
al hombre cuyo sacrificio ritual
Saludo
de la familia de Ignacio E.llacuría.
con
motivo
del
Coloquio
Internacional
Conmemorativo
de
los
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