z
Vl
!!1
que Honnetl1 dispone
de
los medios
conceptuales
para tal caracterización
de la ideología.
No
cabe
tomar
sin más la
supuesta
promesa del mercado como
norma-
tiva,
sino
que
es
necesario
analizar
la
función que tal promesa cumple,
mostrando que para el cumplimiento
de
su
función ideológica
debe
incluir
un contenido de verdad, un
conte-
nido efectivamente normativo, del
que cabe mostrar, sin embargo, que
sólo puede realizarse de hecho más
allá de las relaciones económicas
capitalistas.
Es
en
este
contexto
que
el
procedimiento
de
historización
de
Ellacuría recibe toda su actualidad.
Pues cabría, efectivamente, una
histo-
rización del concepto de mercado
tal
como
es
empleado
en los discursos
teóricos y políticos legitimadores
del mismo o proclamadores de su
presunto carácter normativo, como
es
el caso de Honneth. Aquí la histo-
rización, en los térm inos de Ellacuría,
contrastaría tal concepto normativo
de mercado con la realidad
de
su
realización efectiva en la sociedad
vigente. Comprobaría
cuáles
son los
efectos
de
su realización y
contras-
taría
tales
efectos
y consecuencias
con lo que el mercado, según
tales
discursos,
pretende
ser o hacer.
Respecto a
la
teoría de Honneth,
la
h istorización mostraría que el
mercado
no
es
capaz de realizar
la
libertad social que promete.
8
____
Héctor Samour
la
promesa normativa
del
mercado constituiría
desde
los
parámetros
de
Ellacuría una ideo-
logización. Ahora bien, la historiza-
ción pone
de
manifiesto un núcleo
racional, un contenido de verdad
en
lo
ideologizado.
En
este
caso,
la
promesa inscrita en el mercado
apunta
a
la
realización de relaciones
de reconocimiento y colaboración
entre
los sujetos. Esto constituye
su
contenido de verdad, contenido que
está
por realizar y que habría que
realizar.
La
h istorización, tal como
propone Ellacuría, mostraría cómo
tal contenido no
cabe
ser
realizado
en
el
seno
de
las relaciones sociales
capitalistas,
marcadas
por la escisión
entre
fuerza
de
trabajo y propiedad
privada
de
los medios
de
producción.
La
realización de tal promesa sólo
resulta pensable
más allá de
tales
relaciones,
a
saber,
en
condiciones
post-capitali stas.
El
artículo de Ángel Sermeño se
centra en el esclarecimiento de
la
propuesta ellacuriana de civilización
de
la
pobreza.
Por
civilización
de
la
pobreza
entiende
un orden global de
convivencia humana
que
surge
en
oposic ión y como
respuesta
a la grave
crisis civilizatoria
que
padecemos.
Si
hace
treinta
años
la
emergencia
de
esta
crisis
ya
era evidente, ahora
es
imposible no reconocer que vivimos
tiempos
que nos ponen frente a los
ojos desafíos de toda índole:
finan-
cieros,
económicos,
ambientales,
climáticos, alimentarios, demográ-
ficos, energéticos, entre otros.