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Estudios Centroamericanos
Vol. 77, núm. 769, año 2022, pp.59-85
ISSN 2788-9580 (en línea) ISSN 0014-1445 (impreso)
El dualismo analítico agente/estructura y las relaciones entre economía y política en El Salvador
El dualismo analítico
agente/estructura y las
relaciones entre economía y
política en El Salvador
The agent/structure analytical dualism
and the relations between economics
and politics in El Salvador
DOI: https://doi.org/10.51378/eca.v77i769.7052
Álvaro Artiga González
1
Palabras clave:
economía, El Salvador, Estado, política,
reformas.
Keywords:
economics, El Salvador, politics,
reforms, state.
Recibido: 31 de mayo de 2021
Aceptado: 24 de junio de 2022
Resumen
Las relaciones entre economía y política
pueden ser observadas en el ámbito de las
políticas públicas. Eso es lo que suelen hacer
los manuales básicos de macroeconomía y
1 Profesor e investigador del Departamento de Sociología y Ciencias Políticas de la Universidad Centroamericana
José Simeón Cañas. Correo: alartiga@uca.edu.sv. ORCID: 0000-0002-3654-0127.
ciencia política. Sin embargo, los momentos
de (re)estructuración económica y política
constituyen una oportunidad para profundizar
en su estudio que no suele aparecer en esos
manuales.
La historia económica y política de El
Salvador ofrece varios de esos momentos
oportunos para estudiar las relaciones
entre las estructuras económica y política.
Sobre todo, si se les observa bajo el prisma
del dualismo analítico agente/estructura.
Esto implica considerar esas relaciones no
de manera directa, entre estructuras, sino
de manera indirecta, entre personas que
operan como agentes en ambas estruc-
turas. La (re)estructuración económica en
El Salvador ha tenido, históricamente, un
correlato en la (re)estructuración política.
Abstract
The relation between economics and
politics can be observed in the field of public
policy. That is what the basic manuals of
Macroeconomics and Political Science usually
do. However, the moments of economic and
political (re)structuring constitute an opportu-
nity to deepen its study that does not usually
appear in those manuals.
The economic and political history of El
Salvador offers several such opportune moments
to study the relations between economic
and political structures. Above all, if they are
observed through the prism of the agent/
structure analytical dualism. This implies consi-
dering these relationships not directly, between
structures, but indirectly, between people who
operate as agents in both structures. Historically,
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economic (re)structuring in El Salvador has had
a correlate in political (re)structuring.
1. Introducción
2
En este trabajo se encaran dos problemá-
ticas cognitivas presentes frecuentemente en la
formación e investigaciones de economistas y
politólogos en El Salvador: el encierro disci-
plinar, por un lado, y el reduccionismo hacia
uno de los extremos del dualismo agente/
estructura. Esta doble problemática es de
carácter teórico-conceptual y tiene implica-
ciones sobre las descripciones y explicaciones
que se ofrecen sobre las relaciones entre las
estructuras económicas y políticas. Así, lo
usual es encontrar dichas descripciones y
explicaciones solo en el ámbito de las polí-
ticas económicas (fiscal, monetaria, crediticia,
laboral, comercial, etc.), y tratar aquellas rela-
ciones mediante correlaciones entre variables
económicas y políticas, como si las estructuras
se relacionaran directamente.
Para superar los riesgos de reduccionismo
disciplinar de economistas y politólogos (estu-
diantes e investigadores) y de reduccionismo
conflacionista (ascendente, descendente o
central)
3
, en este trabajo se ofrece una pers-
pectiva teórico-conceptual que apela, por un
lado, a una perspectiva interdisciplinar que se
centra en las relaciones estructurales, pero que
considera a estas a través de la acción de los
agentes implicados en esas relaciones. Esta
perspectiva puede ser aplicada al estudio de la
formulación de políticas económicas, siempre
y cuando esa formulación se entienda como
un juego político y no solo como un problema
técnico de expertos en economía.
Sin embargo, en este trabajo, la mirada
cae sobre los momentos de (re)estructura-
ción económica, de cambios en el modelo
2 Para el desarrollo de este trabajo, colaboró Karla Beatriz Méndez Avelar, estudiante de la Licenciatura en
Economía, de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, en la búsqueda de información y en la
discusión de algunas de las ideas que aquí se plantean.
3 El conflacionismo descendente implica la reducción de las relaciones agente/estructura a lo meramente estruc-
tural. A la inversa, el conflacionismo ascendente implica la reducción de esas relaciones a meras relaciones
entre agentes. El conflacionismo central fusiona ambos extremos en el centro a través de un paréntesis que
permite considerar sucesivamente ambos extremos del dualismo. En realidad, este último conflacionismo no
resuelve el problema. Consultar la crítica a estos conflacionismos en Archer (2009).
económico, que en El Salvador han tenido
como correlato histórico (re)estructuraciones
políticas, es decir, cambios en el modelo
o régimen político. En esos momentos
de cambio es cuando más claramente se
revela que las relaciones estructurales están
mediadas por agentes económicos y políticos.
Son estos los que (re)estructuran la economía
y la política. Así, las correlaciones estadísticas
entre variables estructurales económicas y
políticas deben entenderse no como relaciones
causales, sino como correlatos de las acciones
entre los agentes implicados en el movimiento
de las variables estructurales.
Una vez planteado el problema teóri-
co-conceptual que subyace a la mirada
de las relaciones entre economía y política
(segundo apartado) y sugerida una solución
teórico-conceptual para evitar los reduc-
ciones disciplinares y conflacionistas (tercer
apartado), en este trabajo se ofrece también
(cuarto apartado) una mirada empírica a las
relaciones estructurales entre economía y polí-
tica, mediadas por sus respectivos agentes, en
cuatro momentos de (re)estructuración econó-
mico-política en El Salvador: las décadas de
1880, 1950, 1990 y 2020. Se cierra el trabajo
con algunas lecciones aprendidas que quedan
planteadas para estudiantes e investigadores
de ciencias económicas y políticas.
2. Un problema teórico-conceptual
La especialización disciplinaria en la
formación universitaria ha podido tener
como consecuencia la desarticulación en lo
teórico-conceptual de fenómenos que empíri-
camente están articulados. Este es un asunto
que se puede constatar en algunos programas
de estudio de las asignaturas de diversas
áreas de conocimiento así desarticuladas, en
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la bibliografía básica utilizada para desarrollar
las temáticas de esos programas, en la poca
o nula labor interdisciplinar o transdisciplinar
que realizan las personas que imparten esas
asignaturas o se dedican a la investigación
académica en las universidades, etc.
Un riesgo de aquella especialización es la
inadecuada comprensión de los fenómenos
que son objeto de estudio. Y la divulgación de
resultados de investigación con enfoque disci-
plinar tiene el potencial riesgo de producir y/o
reproducir una realidad social, en el mundo
de las ideas, que no capta cabalmente los
dinamismos implicados en la producción y
la reproducción de la realidad en el mundo
de la interacción social. Al no captar cabal-
mente esos dinamismos, las propuestas de
acción que se derivan de los estudios e inves-
tigaciones disciplinares están condenados al
fracaso.
Las descripciones disciplinares produ-
cidas y/o reproducidas por los especialistas
(profesores e investigadores) pueden ser muy
rigurosas y claramente ilustrativas de lo que
ocurre en un campo específico del saber.
Pero, por muy rigurosas y claras que sean,
adolecen del sesgo disciplinar y, por lo tanto,
de desajuste con la realidad que pretenden
describir. No obstante, pueden resultar
adecuadas como punto de partida para la
comprensión de los fenómenos, pero no como
explicación de cómo y por qué ocurren los
mismos.
En la figura 1, se resume el contenido
programático que puede encontrarse en
textos básicos (manuales) de macroeconomía.
Claro que lo recogido en dicha figura no tiene
un carácter representativo ni mucho menos
exhaustivo. Sin embargo, resulta ilustrativo
del tratamiento que puede tener la relación
entre economía y política en manuales como
los citados.
Figura 1. Temas básicos en macroeconomía
Sachs & Larraín Dornbusch, Fischer & Startz Blanchard, Amighini & Giavazzi
Producto interno bruto
Oferta y demanda agregada
Consumo y ahorro
Inversión
Cuenta corriente
Finanzas públicas y deuda
Dinero: demanda y oferta
Tipo de cambio y precios
Inflación y desempleo
Salarios
Políticas macroeconómicas
El ciclo económico
Crecimiento económico
Mercados financieros
Bienes transables y no transables
Cuentas nacionales
Crecimiento económico
Oferta y demanda
Salarios, precios y desempleo
Inflación
Ingreso y gasto
Dinero
Políticas macroeconómicas
Comercio internacional
Consumo y ahorro
Mercados financieros
Economía internacional
Producción nacional
Mercado de bienes
Mercados financieros
Mercado de trabajo
Inflación y tipo de cambio
Dinero
Crecimiento
Ahorro y consumo
La deuda
Inversión
Tecnologías
Políticas macroeconómicas
Economía internacional
Integración económica
Fuente: elaboración propia con base en Sachs & Larraín (1994), Dornbusch, Fischer & Startz (2009) y Blanchard,
Amighini & Giavazzi (2012).
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La figura 2 es ilustrativa de lo quepuede
encontrarse en textos programáticos
(manuales) de ciencia política. En dichos
manuales es clara la ausencia de la rela-
ción entre economía y política como tema
relevante para comprender la política. Son
manuales que tienen una visión cerrada de
la política, lo cual es comprensible en tanto
parten de una mirada que reclama autonomía
para la política. Hay que decir, sin embargo,
que la clausura no es total, puesto que dicha
relación podría estar incluida en la temática
de políticas públicas; pero una tal inclusión
implícita podría estar indicando una asig-
nación de menor importancia a la relación
entre economía y política. Sin embargo, hay
que advertir que la obra de diez volúmenes
The Oxford Handbooks of Political Science,
editada por Goodin (2008), contempla un
volumen titulado The Handbook of Political
Economy.
4
¿Es esta Political Economy la
relación que interesa acá? ¿Qué es lo que se
encuentra al consultar las temáticas incluidas
en este manual?
Los editores del citado manual de Political
Economy advierten, en la introducción,
que esta expresión ha tenido históricamente
significados diversos, incluso contradictorios.
Algunas veces hacen referencia a un campo
de estudio y otras veces a un enfoque meto-
dológico. Así las cosas, Weingast & Wittman
(2006, p. 4) no tienen otra alternativa que
hacer una elección:
4 Cfr. Weingast & Wittman (2006).
5 Dichos capítulos son: 29. The Non-Politics of Monetary Policy, 30. Political-Economic Cycles, 31. Voting and the Ma-
croeconomy y 32. The Political Economy of Exchange Rates.
In this Handbook, we view political economy
as a grand (if imperfect) synthesis of these
various strands. In our view, political economy
is the methodology of economics applied to the
analysis of political behavior and institutions. As
such, it is not a single, unified approach, but a
family of approaches. […] The unit of analysis
is typically the individual. The individual is
motivated to achieve goals (usually preference
maximization but in evolutionary games, maxi-
mization of surviving offspring), the theory is
based in mathematics (often game theoretic),
and the empirics either use sophisticated statis-
tical techniques or involve experiments where
money is used as a motivating force in the
experiment.
La elección de Weingast & Wittman es
metodológica, no temática, puesto que en su
manual se abordan los típicos temas de cual-
quier otro manual de ciencia política: compor-
tamiento electoral, partidos políticos, sistemas
electorales, grupos de presión, instituciones
políticas, administración pública, Estado de
derecho, constitucionalismo, federalismo,
elección social, finanzas públicas, democracia,
autoritarismo, desarrollo político, relaciones
internacionales, etc. Ahora bien, su manual
incluye cuatro capítulos agrupados en un
bloque temático: política y macroeconomía.
5
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Figura 2. Temas básicos en manuales de ciencia política
Pasquino et al. Del Águila Goodin
Naturaleza y evolución de la ciencia
política
Aspectos metodológicos
Democracia
Autoritarismo
Participación política, grupos y
movimientos
Partidos y sistemas de partidos
Parlamentos y representación
Gobierno
Burocracia
La dimensión internacional de los
procesos políticos
Poder y legitimidad
El Estado
La democracia
Representación política y
participación
Cultura política
Los partidos políticos
Los grupos de presión
Movimientos sociales
Corporativismo y neocorporativismo
Los sistemas electorales
Transiciones y cambio político
Teoría política
Instituciones políticas
Comportamiento político
Política comparada
Derecho y política
Política pública
Economía política
Relaciones internacionales
Aspectos metodológicos
Fuente: elaboración propia con base en Pasquino et al. (1988), Del Águila (1997) y Goodin (2006).
6 Elhombreesélysuscircunstancias,armabaOrtegayGasset(2008).
Al sesgo disciplinar de economistas, poli-
tólogos y de sus estudios e investigaciones,
contenidos en una amplísima bibliografía
utilizada en los centros de estudio, hay
que agregar las limitaciones que impone el
enfoque teórico-conceptual adoptado de
manera consciente y, quizá, no pocas veces
de forma inconsciente por profesores e inves-
tigadores. En este trabajo, se hace referencia al
enfoque en términos de agente y estructura en
dos disciplinas académicas con claras preten-
siones científicas: la economía y la ciencia
política. Lo usual es encontrar unos enfoques
que privilegian la acción de los agentes (que
no pocas veces son confundidos concep-
tualmente con los actores) y otros enfoques
que privilegian el análisis de las estructuras,
sistemas o instituciones. Lo raro es encon-
trarse con enfoques centrados en la relación
entre agentes y estructuras.
De El dieciocho Brumario de Luis
Bonaparte es conocida la expresión de K.
Marx (2015, p. 15): “Los hombres hacen su
propia historia, pero no la hacen a su libre
arbitrio, en circunstancias elegidas por ellos
mismos, sino en aquellas con que se encuen-
tran directamente, que existen y les fueron
legadas por el pasado”. Si “los hombres” (los
seres humanos) se entienden como agentes,
entonces, “las circunstancias” en las que estos
se encuentran pueden entenderse como las
estructuras. Los agentes viven en medio
de estructuras.
6
De unas estructuras que les
fueron legadas, que fueron creadas por otros
en un momento previo. Pero los agentes
que viven en el presente tienen un potencial
reproductor de esas estructuras y un potencial
transformador de ellas.
La figura 3 es una representación esque-
mática estructural de la realidad histórica
en la que viven los seres humanos en un
espacio geográfico determinado, por ejemplo,
el territorio del Estado-nación salvadoreño
o de cualquier otro Estado nacional. Sobre
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una base material (donde están las fuentes
de producción y reproducción de la vida
social y también las fuentes de riqueza) se
levanta todo un edificio, en cuyos distintos
espacios o ámbitos estructurales interactúan
los habitantes del Estado en cuestión. Ese
edificio está estructurado. Las actividades de
producción y distribución de bienes y servicios
son estructuradas por los agentes económicos
de una cierta forma que reparte beneficios y
perjuicios, ventajas y desventajas, ganancias
y pérdidas, entre los que participan (o son
excluidos) en esa estructura. Dicho reparto
constituye, a su vez, una estructura social (ya
sea en términos de clases o de estratificación).
Debemos advertir aquí que la estructuración
económica no es la única vía para definir una
estructura social. El parentesco, el estatus,
la etnia, el género también pueden generar
otras estructuras sociales. La posición que
las personas ocupen en estas estructuras
condiciona sus oportunidades de acceder a
educación, vivienda, salud, ocio, deportes,
protección social, etc.
Figura 3. La realidad “nacional” desde una perspectiva estructural
Fuente: Artiga González (2022).
Sobre la estructura económico-social, sin
que ello signifique relaciones de determi-
nación o de subordinación, se levanta una
estructura jurídico-política en la que se hacen
valer los intereses de las personas según su
posición económico-social. En realidad, esa
estructura “jurídico-política” está constituida
por múltiples estructuras o formas organiza-
tivas jurídicas y políticas. Aunque las rela-
ciones son más complejas, acá solamente
interesa notar que esas estructuras o formas
jurídicas y políticas están allí para mantener,
por arriba, la estructuración económico-so-
cial que las sostiene por debajo. En estas
relaciones de mantenimiento y sostenimiento
radica el interés por comprender las relaciones
entre economía y política. Y en ellas reside la
preocupación de que estas relaciones no se
hagan visibles en la formación de los futuros
profesionales de la economía y la ciencia
política, ni en los estudios e investigaciones de
economistas y politólogos. El sesgo disciplinar
se vuelve así una condición estructural para
economistas y politólogos, sean estos estu-
diantes o profesionales, sobre la que deberían
tener clara conciencia.
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En el techo de nuestro edificio, están las
condiciones “espirituales” que legitiman todo
el conjunto estructural, que lo vuelven acep-
table y valorado. Ideas, creencias, valores,
símbolos, etc. y su respectivo “aparato ideo-
lógico” forman parte de esta estructura ideo-
lógico-cultural. En tanto techo estructural, no
se trata de un simple reflejo de las estructuras
económico-social y jurídico-política. La estruc-
tura ideológico-cultural “hace sentir” su peso
sobre las otras estructuras, como ellas también
tiene poderes causales. Es así como, por
ejemplo, las ideas económicas condicionan la
forma específica en que sean estructuradas las
actividades económicas o interacciones entre
los agentes económicos. De similar forma, las
ideas políticas condicionan la forma específica
en que sean estructuradas las interacciones
entre los agentes políticos.
Finalmente, la edificación estructural de la
figura 3 tiene pasado, presente y futuro. Las
distintas estructuras actuales parten de estruc-
turas que les precedieron y son el antecedente
de futuras (re)estructuraciones. Para lo que
interesa acá, la estructura económico-social
y la estructura jurídico-política tienen antece-
dentes estructurales no solo económico-so-
ciales y jurídico-políticos, sino que también
ideológico-culturales. En este condiciona-
miento estructural mutuo (por ejemplo, entre
economía y política), y en las posibilidades
que tienen los agentes para reproducir o trans-
formar ese condicionamiento, radica el interés
y la preocupación cognitiva al desarrollar este
trabajo. La metáfora del edificio “obliga” a
pensar que las relaciones entre estructuras no
son directas, sino que están mediadas, porque
esas estructuras han sido producidas y son
reproducidas o modificadas por las personas
que habitan ese edificio. Las estructuras esta-
blecen condiciones para las interacciones entre
las personas y no para las estructuras porque
estas no interactúan, por más que así lo
7 Algosimilarpodríadecirsedelasrelacionesentreotrasestructurassocialesylaestructurapolítica.Porejemplo,
entreeducaciónypolítica,saludypolítica,viviendaypolítica,patriarcadoypolítica,medioambienteypolítica,
etc.Esasrelacionesestructuralesestánsiempremediadasporlainteraccióndelosagentesimplicadosenesas
relaciones.Dehecho,esteeselquidparaelanálisisdelaformulacióndepolíticaspúblicaseneducación,salud,
vivienda,familia,medioambiente,etc.
pretenda hacer ver una correlación estadística
entre variables estructurales.
3. Una solución teórico-conceptual
La propuesta que se va a desarrollar en
las siguientes páginas entiende las relaciones
entre las estructuras económica (la economía)
y política como correlatos de la interacción
de los agentes implicados. Así, la estructura-
ción de un determinado modelo económico
tiene un correlato en la estructuración de un
determinado régimen político. No es que la
economía determine, o explique a la política.
Ni lo contrario. Se trata más bien de que unos
determinados agentes económicos impulsan
una cierta estructuración de las actividades
económicas y lo hacen no solo por medios
económicos, sino también recurriendo a
medios políticos. Se ampliará este asunto más
adelante. Por de pronto, lo que interesa en
este momento es colocar el cimiento concep-
tual de la relación entre economía y política:
los agentes interesados en la (re)estructuración
económica actúan también en la estructura
política, impulsando políticas económicas a su
favor o incluso (re)estructurando a su favor el
mismísimo régimen político.
7
En las sociedades, los observadores
encuentran personas con necesidades e inte-
reses, que les vienen por las posiciones que
ocupan en las estructuras sociales en las que
participan o que les son inducidas por alguna
razón por otras personas. Al interactuar desde
las posiciones que ocupan en las estructuras,
las personas lo hacen como actores, ya no
como personas. Por ejemplo, una profesora
en una escuela (estructura social) es también
consumidora de alimentos de origen agrí-
cola (estructura económica) y puede ser que
también sea líder local de un partido político
(estructura política). Esta persona que es
objeto de contemplación es la misma, solo
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que actuando (ejecutando roles) en estructuras
diferentes. Es algo así como aquello de una
misma persona y tres roles diferentes. Si la
misma persona que es profesora, consumidora
y líder política asiste los domingos a una cere-
monia religiosa (estructura ideológico-cultural),
también desempeña un rol, quizá ministra
de liturgia o tal vez solamente como fiel. Se
podría seguir nombrando estructuras y roles,
dadas las diversas posiciones que la persona
ocupa en esas estructuras, y se caería en la
cuenta de que las personas no son los actores
de esas estructuras, las cuales reproducen
cuando ejecutan los correspondientes roles.
Las personas son irreductibles a los roles,
aunque ellas ejecuten roles. Pero al ejecutarlos
ya no son personas, sino que son actores.
8
Algo similar se puede decir sobre los
actores y los agentes. Los primeros se derivan
del rol que ejecutan y, por ello mismo, tienden
a ser reproductores de las estructuras a las
que pertenecen sus roles. Pero las personas
también tienen capacidad de agencia, capa-
cidad de transformación de las condiciones
en las que viven o desempeñan los roles que
tienen asignados. Cuando las personas ejercen
esa capacidad, ya sea de manera individual
o ya sea de forma colectiva, entonces esas
personas ya no deben ser contempladas como
meros actores. Ahora conviene contemplar a
esas personas como agentes. Pero, ojo, como
las personas no deben reducirse a actores ni
a agentes, aunque contribuyan a la repro-
ducción o transformación de las estructuras,
una misma persona puede ser contemplada
como actor en una estructura y como agente
en otra. Por ejemplo, la profesora del párrafo
anterior podría promover cambios en la
estructura económica (actuaría como agente
económico), pero reproducir una estructura
familiar patriarcal al educar de manera sexista
a sus hijos e hijas (desempeñando el rol de
madre de una familia tradicional).
La metáfora del edificio y lo dicho en los
párrafos anteriores deberían ser de utilidad
para pensar las relaciones entre estructuras,
8 Estadistinciónentrepersonasyactores,ylaquesehaceenelsiguientepárrafoentreactoresyagentes,esuna
propuestateóricaquesepuedeencontrarenArcher(2009).
concretamente las relaciones entre economía
y política. Las personas tienen necesidades e
intereses económicos y esas mismas personas
pueden promover la satisfacción de esas nece-
sidades e intereses en la estructura política.
Por supuesto que esas necesidades e intereses
también pueden ser promovidos en otras
estructuras, así como también de la partici-
pación de las personas en otras estructuras se
derivan otras necesidades e intereses. Pero,
como en este trabajo el foco cae en la relación
entre economía y política (como estructuras),
por esa razón se habla de necesidades e
intereses económicos y la acción política para
promoverlos.
Contempladas desde la estructura econó-
mica, las personas son actores o agentes
económicos. Esas mismas personas contem-
pladas desde la estructura política son actores
o agentes políticos. Las mismas personas
son sujeto de la acción económica y de la
acción política. Por supuesto que no todas las
personas están comprometidas con la acción
económica y política a la vez. Sin embargo,
son las personas comprometidas con ambos
tipos de acciones las que resultan de especial
interés cognitivo y, por ello, a las que interesa
ponerles atención. Porque estas personas,
como actores o agentes económicos y polí-
ticos, a la vez, son las únicas que pueden
interactuar en una misma estructura (en la
económica o en la política) o entre ambas.
Las estructuras no interactúan entre sí. Lo
hacen las personas, como actores o como
agentes.
Organizar las actividades económicas es
darles una estructura. Organizar modelos
económicos es, por tanto, dotar a las acti-
vidades económicas de una estructura
(asignarles funciones y posiciones a esas
actividades). Hacer que una economía
nacional opere orientada hacia el mercado
interno o hacia el mercado internacional
supone estructurar esa economía. Supone
implantar un determinado modelo econó-
mico. Organizar una economía sobre la base
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de las actividades de agroexportación o sobre
el desarrollo de la industria o la prestación
de servicios son acciones deliberadas que
obedecen a visiones e intereses de deter-
minados agentes económicos, pero que
requieren de decisiones políticas, expresadas
en términos de políticas públicas, por ejemplo,
políticas crediticias, fiscales, monetarias, etc.
Los agentes económicos que promueven un
determinado modelo económico requieren
que los agentes políticos adopten decisiones
a su favor. Algunas veces, para lograr estas
decisiones, las personas que actúan como
agentes económicos también lo hacen como
agentes políticos. Como tales ocupan puestos
donde se toman las decisiones políticas en
materia económica, o influyen sobre los
que deciden. Y, si fuese necesario, también
podrían “capturar” al Estado. A través de las
interacciones entre agentes deberían contem-
plarse las relaciones entre las estructuras,
para el caso de este trabajo, entre economía
y política.
Bajo el mismo razonamiento, Iñigo Carrera
sostiene:
La determinación específicamente capitalista
de la relación de ciudadanía del Estado y, por
lo tanto, del Estado mismo, es ser la forma
concreta general de realizarse la lucha de clases.
No hay movimiento de la lucha de clases y,
por lo tanto, de la organización de la materia-
lidad del proceso de vida social a través de la
acumulación de capital, que no tome la forma
concreta de la acción del estado. Y no hay
acción del Estado que no sea la forma concreta
de realizarse la lucha de clases y, por lo tanto,
la organización de la materialidad del proceso
de vida social a través de la acumulación de
capital (2012, p. 17).
El contenido de las relaciones políticas es,
para Iñigo Carrera, la organización misma “de
la materialidad del proceso de vida social a
través de la acumulación de capital”, es decir,
es la organización misma de la estructura
económica. El Estado es la forma en como
se expresa la estructura económica en la
estructura política. Esto no es determinismo, ni
siquiera “en última instancia” de la estructura
económica sobre la superestructura jurídico y
política. Ambas expresan las interacciones y
decisiones de los agentes en dos estructuras
diferentes. Esto es lo que no se ve, lo que
queda ocultado o invisible por el enfoque
disciplinar de la economía y la ciencia política.
Este es el apartado ausente cuando se tratan
las distintas variables económicas clásicas en
los textos de macroeconomía. Y esto es lo que
está ausente cuando se pretende comprender
el funcionamiento de las instituciones políticas
a partir de variables políticas.
4. Expresiones empíricas del problema
y la solución
La historia salvadoreña ofrece la opor-
tunidad de acercarse empíricamente a la
relación entre economía y política en términos
del dualismo analítico agente/estructura. En
determinados momentos de esa historia,
es decir, bajo determinadas circunstancias,
ciertos agentes económicos se hicieron con
el control del aparato estatal para impulsar
desde allí una (re)estructuración económica
que favoreciera sus negocios. Tal (re)estruc-
turación implicó a la vez una (re)estructura-
ción política.
Lo dicho no debe entenderse como si la
economía y política nacional no se relacio-
naran en otros momentos de la historia del
país. En realidad, se trata de una relación
permanente en tanto economía y política
son dos estructuras siempre presentes de
la realidad nacional. Dicha relación tiene
continuidad en el tiempo a través de las
políticas públicas en materia económica.
Pero el cambio de modelos económicos
(como formas de estructurar las actividades
económicas) es algo que no ocurre de forma
continua, sino que tiene lugar bajo determi-
nadas circunstancias, en momentos espe-
cíficos. Así es como tiene sentido hacer una
historia económica del país dividiéndola en
fases o etapas que correspondan a determi-
nados modelos económicos. Pero esa historia
económica debe contemplar lo que ocurre en
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la simultánea historia política, que también
puede dividirse en fases o etapas que corres-
pondan a determinados regímenes políticos.
Estas dos historias no son independientes.
Ellas están estrechamente vinculadas por las
interacciones que llevan a cabo los agentes
económicos y políticos, se trate o no de las
mismas personas.
¿Cuáles son esos momentos “privile-
giados” de la historia salvadoreña donde se
puede ver con nitidez esa estrecha vincula-
ción entre economía y política? Para fines
9 Barreraet al. (2012,p.80)hablande“nuevossectores,mismoeje”deacumulación:“elfortalecimientodeestos
nuevossectores(sobretododelaindustria)dependeráengranmedidadelarobustezdelsectoragroexportador
(principalmenteelcafé).Enunapublicaciónreciente,Fuentes(2022)alreferirsealcasodeGuatemalaenlamis-
madécada,habladeunmodelohíbridoagrícolaindustrial.Encambio,Cabrera(2022)enlamismapublicación,
peroparaelcasosalvadoreño,habladeindustrializaciónporsustitucióndeimportacionescomoestrategiade
desarrollo.
ilustrativos, se propone contemplar grosso
modo esos momentos de cambio en cuatro
diferentes décadas (ver figura 4). Obviamente,
los cambios de modelos económico y políticos
no ocurren de la noche a la mañana; tienen
periodos de gestación y la adopción-im-
plementación es paulatina. Tampoco debe
entenderse que los cambios registrados en la
figura duraron una década. La datación aquí
es un recurso heurístico basado en la emisión
de una nueva Constitución durante la década
indicada.
Figura 4. Momentos de (re)estructuración económica y política
Momento (década del
cambio)
Modelo económico Régimen político
1880
Agroexportador
cafetalero
Oligarquía
1950
Híbrido (diversificación de la
agroexportación e incipiente
industrialización)
Dictadura
militar institucional
1990 Neoliberal
Híbrido
(democracia electoral autoritaria)
2020 Neoliberal 2.0
Autoritarismo
competitivo
1
1 Por lo menos, hasta 2024. Fuente: elaboración propia.
Al observar con mayor detenimiento
las categorías utilizadas para describir los
modelos económicos y políticos de la figura
4, pueden llamar la atención varios asuntos.
En primer lugar, que no se hable del modelo
económico de industrialización por sustitu-
ción de importaciones en la década de los
50. En cambio, se habla de hibridez. Se ha
optado por esta categoría (híbrido) para
tomar en cuenta la importancia que adquiere
el sector industrial en la producción nacional
sin llegar a desplazar a la actividad agrícola
como la que más aportaba a la formación
del producto interno bruto. El sector primario
de la economía no fue sustituido por el
sector secundario.
9
Más bien ocurrió una
diversificación de la producción agrícola y su
exportación con la expansión de los cultivos
de algodón y caña de azúcar. Hablando de la
base del crecimiento durante las décadas de
1950 a 1970, Acevedo (2003, p. 4) sostiene
que aquella:
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la proporcionó el modelo de economía de
agroexportación articulado en torno a la
producción cafetalera desde el último cuarto
del siglo XIX […] A partir del desarrollo cafe-
tero, dos nuevos cultivos de exportación, el
algodón y la caña de azúcar, empezaron a
adquirir una creciente importancia, aprove-
chando la coyuntura favorable de precios de
los productos primarios en el mercado inter-
nacional en la década que siguió a la Segunda
Guerra Mundial. De representar sólo el 1,5 por
ciento del valor de las exportaciones en 1945,
el algodón pasó a constituir el 15 por ciento en
1960, convirtiéndose en el segundo producto
de exportación después del café. Aunque con
menor dinamismo que el algodón, la produc-
ción de caña de azúcar también experimentó
un considerable ritmo de crecimiento a partir de
los cincuenta, estimulada primero por las nece-
sidades de la industria alimentaria local y luego,
a partir de los sesenta, por la transferencia a El
Salvador de una porción de la cuota azucarera
que Estados Unidos asignaba anteriormente a
Cuba.
En segundo lugar, observando siempre
la columna de los modelos económicos, se
encuentran dos etiquetas: neoliberal y neoli-
beral 2.0. ¿Qué se quiere decir con estas
etiquetas? Tal vez no haya dudas de que el
modelo económico implantado en la década
de los 90 haya sido de corte neoliberal,
siguiendo “las recetas” del Consenso de
Washington promovidas por la banca multila-
teral como condiciones para acceder a finan-
ciación externa.
10
Las dudas pueden estar
más bien en la segunda etiqueta. En otras
palabras, ¿qué se quiere decir con modelo
neoliberal 2.0? ¿Hasta dónde este representa
una (re)estructuración del modelo previo? Si
ya hubo una segunda oleada de reformas
neoliberales (después de la segunda mitad de
la década de los 90), que le dio continuidad al
modelo neoliberal, ¿existe una tercera oleada
de reformas que nos permita hablar de la
10 Barreraet al.(2012)sereerenaestemodelocomo“terciario-maquilero”.Porsuparte,Segovia(2021)hablade
unmodelo“rentista-transnacional”.
(re)estructuración de dicho modelo? Como
se trata de una década en marcha, tanto la
etiqueta del modelo económico como la del
modelo político deben ser tomadas como
expresiones de una hipótesis de trabajo.
Como en el lenguaje de la informática, hablar
de un neoliberalismo 2.0 sugiere la ocurrencia
de una versión renovada del primer neolibe-
ralismo; como una especie de profundización
y de penetración del modelo neoliberal en
nuevos espacios asociados al riesgo, la incer-
tidumbre, la especulación, al big data, las
tecnologías de la información y la comunica-
ción, a prácticas extractivistas, etc.
En cuanto al régimen político, podría
llamar la ausencia de la dictadura de
Hernández Martínez (1931-1944), siendo
que se trata de un periodo fundamental para
entender la historia política salvadoreña del
siglo XX. ¿Es que la implantación de esta
dictadura militar personalista no tuvo su
correlato económico en una (re)estructura-
ción del modelo agroexportador? La crisis
internacional de 1929 “puso en jaque” la
producción y exportación cafetalera. Fue una
amenaza externa para la economía nacional.
Las movilizaciones internas, que tuvieron
como punto álgido la rebelión campesino-in-
dígena en las tierras cafetaleras del occidente
del país, habrían sido una amenaza interna
para los intereses económicos de las familias
oligárquicas. La implantación de la dictadura
fue la forma política de evitar una (re)estructu-
ración económica que afectara negativamente
a estas familias. La orientación de su acción
es reactiva, no se quedan de brazos cruzados.
Para que el modelo económico persistiera,
estaban dispuestas al “repliegue político” y
la consiguiente modificación de la estructura
política. Por la continuidad en el modelo
económico es que no aparece en la figura
4 el nuevo modelo político instaurado en la
década de los 30.
Sobre el uso de la categoría/etiqueta
régimen híbrido” para la década de los 90, se
puede decir lo siguiente. La reforma política
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de 1992 (expresada en los llamados Acuerdos
de Paz) puso fin al conflicto militar interno
que el país vivió desde 1981. Esa reforma
puede inscribirse como parte del proceso
de transición política desde el autoritarismo
militar prevaleciente en el país entre 1930 y
1979. Como entonces estaba en boga hablar
de transiciones democráticas u olas de demo-
cratización, de manera muy optimista se inter-
pretó la reforma de 1992 como la instauración
de un régimen democrático. Siguiendo este
razonamiento debería utilizarse la categoría/
etiqueta “democracia” para el modelo polí-
tico adoptado. Un razonamiento alternativo
partiría de la certeza del régimen que se deja
(autoritarismo militar) y de la necesidad de
caracterizar al nuevo régimen con base en
su operatividad. En este sentido, resulta más
adecuado hablar de un régimen híbrido para
expresar la coexistencia de rasgos democrá-
ticos en el acceso a los puestos de autoridad
con rasgos autoritarios en el ejercicio de esa
autoridad. Dicho de otra forma, se siguen
procedimientos constitucionales para repartir
cuotas de poder político, pero quienes utilizan
estas cuotas lo hacen sin estar sometidos al
control político que está establecido en el
marco normativo (constitucional y legal).
Dicho sumariamente: hay elecciones, pero
falla la rendición de cuentas.
11
Finalmente, a partir de 2018, se puede
decir que el país entró en una nueva transi-
ción política. En esta ocasión, el cambio va
desde el régimen híbrido (democracia elec-
toral autoritaria) hacia un nuevo régimen, que
habrá que caracterizar a partir de su operati-
vidad real. Como se trata de un proceso en
marcha, al momento de redactar este trabajo,
la etiqueta sugiere un posible resultado o
punto de llegada de la nueva transición.
Hay suficientes indicios como para pensar
que el país vive una deriva autoritaria (por
la concentración del poder en el presidente
de la república y la ausencia de rendición
de cuentas, que esa concentración implica).
11 Dichodeotraforma:sineleccionesnohaydemocracia,perolaseleccionesnosonsucientesparahablardede-
mocracia.Laexistenciaylaoperatividadecazdeunsistemaderendicióndecuentastambiénesunacondición
necesariaparahablardedemocracia.Sinrendicióndecuentasecaz,nohaydemocracia.
Quienes impulsan la nueva transición (la
reestructuración del modelo político) lo hacen
utilizando las elecciones (por voto popular y
de segundo grado). La etiqueta en la figura 4
hace referencia a esta modalidad de la transi-
ción y, si la dirección es hacia la implantación
de un régimen netamente autoritario, podría
ser de utilidad cognitiva hablar de una fase
competitiva de ese autoritarismo.
En los textos de macroeconomía, la rela-
ción entre los modelos económicos y los
modelos políticos suele abordarse como un
asunto de políticas públicas: política mone-
taria, política fiscal, política comercial, etc.
Esta visión corresponde a periodos de estabi-
lidad de los modelos económicos. Pero ¿qué
pasa cuando estos son modificados, cuando
son re(elaborados) o (re)estructurados? Sin la
pretensión de inferir conclusiones de carácter
general, en la experiencia salvadoreña, las
(re)estructuraciones económicas han sido
acompañadas de (re)estructuraciones políticas.
Ello ha sido así porque los agentes econó-
micos que impulsaron las primeras fueron las
mismas personas, actuando como agentes
políticos, que impulsaron las segundas. A
continuación, se verá con más detalle esta
relación estructural mediada por los agentes.
4.1. El modelo agroexportador
cafetalero y la oligarquía
El impulso del cultivo del café y la orga-
nización de la economía en torno a la expor-
tación de este producto requirió al inicio
modificar la estructura de propiedad sobre la
tierra. En un libro que se volvió básico para
la formación de economistas y sociólogos,
Colindres (1977, pp. 27-28) planteó:
Dado el ciclo largo de la producción de café,
se tenía la necesidad de una seguridad en la
posesión de la tierra para hacer la inversión,
así que la mayor parte de la tierra que podía
ser cultivada de café era la tierra comunal.
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Era necesario suprimir este obstáculo; así se
suprimieron las tierras comunales por decreto
de 2 de marzo de 1882 y las comunidades por
decreto de febrero de 1881.
Esos dos decretos formaron parte del
mecanismo extraeconómico utilizado para
(re)estructurar la economía salvadoreña en el
último cuarto del siglo XIX. Esta es la llamada
reforma agraria liberal, la cual fue acompa-
ñada de un reordenamiento político que,
sugerentemente, Cuenca (1962) denominó
“democracia cafetalera”. ¿Quiénes fueron los
agentes impulsores de esta doble (re)estruc-
turación? Una clave para responder a esta
pregunta se tiene al contemplar ese proceso
en múltiples dimensiones estructurales. Los
cambios que se estaban registrando entonces
en las estructuras económica y política tenían
también una expresión en la estructura social:
Cuando se examina de cerca el proceso histó-
rico salvadoreño es posible ver con claridad
cómo, después de haber cubierto muchas
y diferentes etapas en el pasado, al llegar a
las primeras décadas del siglo XX, el desa-
rrollo histórico del país ha desembocado en
lo económico, en la introducción del cultivo
masivo del café en la Economía Nacional; en
lo social, en la transformación y consolidación
de la burguesía cafetalera como clase domi-
nante; y en lo político, en la promoción de esta
burguesía al poder político, y en la instauración
de un régimen “democrático” a su medida:
¡LA DEMOCRACIA CAFETALERA! (Cuenca,
1962, p. 28).
En esa “burguesía cafetalera”, que se
consolidaría como “clase dominante” en
el siglo XX, es donde habría que encontrar
la respuesta a la pregunta por los agentes
promotores del cambio. El nuevo negocio del
café fue impulsado desde la estructura polí-
tica, con decisiones políticas que favorecieron
los intereses de los integrantes de ese grupo
social:
12 EstetuvosumáximaexpresiónenlaConstituciónde1886.
[…] una vez que los cafetaleros hubieron incre-
mentado su influencia en el poder político, no
sólo repartieron las tierras del Estado y de los
municipios entre sus parientes y amigos, para
que las cultivaran con café, sino que la empren-
dieron, en la medida en que el negocio se hizo
más productivo, por la vía de la expropiación o
el despojo, contra las propiedades de los indí-
genas hasta convertir al país en una inmensa
finca de café (Cuenca, 1962, p. 63).
De dicho grupo de productores de café
salieron, en aquella época, muchos presi-
dentes de la república: Dueñas, Regalado,
Escalón, Figueroa, Orellana, Menéndez,
Alfaro, Palomo, etc. (Colindres, 1977, p.
28). En la misma dirección opina Velásquez
Carrillo al hacer referencia al origen de las
llamadas “catorce familias”, expresión simbó-
lica para aludir a los grupos de personas
unidas por vínculos familiares que actuando
en las arenas económica y política fueron
también capaces de impulsar un marco
normativo
12
que legalizara el nuevo statu quo:
El último cuarto del siglo XIX vio el surgimiento
de una oligarquía exportadora de café que
controlaba tanto la economía nacional como
las decisiones del poder político, alternando
la presidencia entre miembros de sus propios
círculos familiares. Popularmente conocida
como las “catorce familias”, la oligarquía
cafetalera remonta sus orígenes históricos
a las reformas liberales de 1881-1884. El
componente central de estas reformas fue la
privatización de tierras indígenas y ejidales,
lo que proveyó la tierra y la mano de obra
necesarias para los incipientes cultivos de café
y exitosamente terminó con todas las formas
de propiedad comunal y la mayoría de las
formas de tenencia de tierra de pequeña escala
(Velásquez Carrillo, 2020, p. 182).
Ese grupo de cafetaleros (ya sea que estu-
vieran en la producción, en el beneficiado
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o en la exportación) no solo influían en las
políticas del Estado, no solo trataban de incidir
en la formulación de las políticas públicas que
favorecían la actividad cafetalera. Ese grupo
se hizo con el control del aparato estatal, lo
“capturó”, e hizo que todo girara alrededor
del café
13
:
Fue así como el café pasó a dominar en la
vida económica, social y política del país:
los transportes ferroviarios y automotrices se
concibieron y desarrollaron en función del
café; la importación, la exportación (el 85%), la
justicia, la cultura, el arte, la política, todo cayó
bajo el dominio de la naciente Oligarquía cafe-
talera, cuyas decisiones, una vez que el poder
del Estado estuvo en sus manos, debieron
ser acatadas por todo el pueblo. El Ejército
Nacional dejó de ser la institución tutelar de
las viejas relaciones de producción patriarcales,
y se convirtió en un instrumento en manos de
la Oligarquía listo a golpear a quienes contra-
vinieran los designios de los nuevos amos del
país (Cuenca, 1962, p. 64).
13 La(re)estructuracióneconómicaypolíticatuvotambiénsusimplicacionesenelámbitomunicipal.Véaseeltra-
bajodeLópezBernal(2008).
La figura 5 muestra parte del marco
normativo que, desde la estructura política,
fue emitido durante la década de 1880
a 1890 para (re)estructurar la economía
salvadoreña sobre la base de la producción
y exportación del café. Tómese en cuenta
que lo mostrado no agota todo el marco
normativo, pero es ilustrativo de este. Así, por
ejemplo, según Calderón Lovos et al. (2007,
p. 12) muestran que:
Para promover la expansión agrícola, el Estado
implementó algunas políticas económicas,
dentro de las cuales encontramos el estable-
cimiento del Registro de la Propiedad Raíz e
Hipotecas y otros registros de transacciones
económicas para que el gobierno pudiera
regular las compras y las ventas de los produc-
tores agrícolas y los comerciantes. Además, el
Estado vendió a especuladores y productores
de todo tipo gran cantidad de tierras que se
consideraban de propiedad nacional.
Figura 5. Muestra del marco normativo para la (re)estructuración económica cafetalera
Norma Fecha
1. Ley de Extinción de Comunidades 15 de febrero de 1881
2. Ley sobre Jornaleros y Creación de Jueces de Agricultura 17 de marzo de 1881
3. Ley Hipotecaria (base del Registro de Propiedad Raíz e Hipoteca) 22 de marzo de 1881
4. Ley de Extinción de Ejidos 2 de marzo de 1882
5. Ley de creación de la Policía Rural 9 de febrero de 1884
6. Ley Reglamentaria del Registro Público
1
28 de febrero de 1884
6. Constitución 13 de agosto de 1886
7. Ley de creación de la Policía Montada (para los departamentos de
Ahuachapán, Santa Ana y Sonsonate)
12 de marzo de 1989
1
Esta fue sustituida posteriormente por la Ley del Registro de Propiedad Raíz e Hipoteca, aprobada
el 14 de mayo de 1897 y publicada en el Diario Ocial del 25 de junio del mismo año. Fuente: elab-
oración propia.
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El dualismo analítico agente/estructura y las relaciones entre economía y política en El Salvador
En las décadas siguientes, se aprobaron
más leyes o se reformaron las existentes para
consolidar el orden cafetalero. Así fue por lo
menos hasta la década de los 40. Cualquier
amenaza a este orden cafetalero encontraría
la respuesta adecuada desde el aparato
estatal, incluso con el uso de la fuerza si fuera
necesario. Eso es lo que ocurrió en 1932 y
bajo esa lógica fue promovida desde estos
grupos familiares cafetaleros la dictadura de
Hernández Martínez.
4.2. La diversificación de la
agroexportación e incipiente
industrialización (la hibridez
económica) y la dictadura militar
institucional
Una vez que se estabiliza la política
luego de la caída del régimen dictatorial de
Hernández Martínez, en mayo de 1944, y
de los sucesivos gobiernos hasta 1948, la
economía salvadoreña vive una (re)estruc-
turación en dos sentidos: por un lado, por
la diversificación de los principales cultivos
de agroexportación, y, por otro lado, por el
impulso del que es objeto la industrialización
de bienes de consumo. En esto consiste la
hibridez que presenta la estructura económica
entre las décadas de 1950 y 1970. ¿Cómo
se llega a esta hibridez? ¿Qué agentes la
impulsan? ¿Supone ella una disputa no
resuelta entre grupos empresariales familiares?
¿Qué pasó con los principales grupos de cafe-
taleros? ¿La estabilización política fue prece-
dida por alguna (re)estructuración política?
El año clave para buscar el hilo conductor
de las (re)estructuraciones económica y
política es 1948. En diciembre de ese año,
una coalición política de miembros del ejér-
14 LaComisiónEjecutivadelPuertodeAcajutla,creadaporeldecretolegislativoN.°677,defecha28demayode
1952,publicadoenelDiario OcialN.°102,Tomo155,del30delmismomesyaño,fuetransformadaenlaCo-
misiónEjecutivaPortuariaAutónoma,mediantedecretolegislativoemitidoel21deoctubrede1965,publicado
en el Diario OcialN.°206,Tomo209,del11denoviembrede1965.
15 Unadelascontradiccionesentreestossectoresteníaqueverconlossalarios.Paraloscafetaleros,susga-
nancias penden del mantenimiento de bajos salarios para los trabajadores del campo. Encambio,paralos
industriales,lossalariosdeberíansermásaltos,detalmaneraquelamasadetrabajadorespudieseconsumirla
producciónindustrial.Finalmente,lossalariossiguieronsiendobajosylaampliacióndelmercadodeconsumo
vinoporelladodelmercadocomúncentroamericano(Cuenca,1962).
cito y algunos intelectuales llevaron a cabo
un golpe de Estado que contó con el apoyo
de algunos empresarios modernizantes
(Turcios, 2019). Dentro de estos empresa-
rios, estaban dos prominentes miembros de
los principales grupos familiares cafetaleros:
Tomás Regalado y Víctor de Sola. Este último
formaba parte del “clan” familiar que era
“desde principios de siglo la mayor beneficia-
dora y comercializadora del café, fabricante
de aceites y jabones, hábil lotificadora de
terrenos urbanos…” (Castellanos, 2002, p.
172). Ambos ocuparon puestos de dirección
de dos instituciones clave para el desarrollo
de la industria en el país. El primero en la
Comisión Ejecutiva del Puerto de Acajutla
(CEPA) y el segundo en la Comisión Ejecutiva
Hidroeléctrica del río Lempa (CEL) (Turcios,
2019, p. 91)
14
.
La presencia de grandes cafetaleros con
“espíritu modernizante” en los gobiernos mili-
tares de la década de 1950 a 1960 pondría
en cuestión la tesis de Cuenca (1962) sobre
un enfrentamiento entre dos sectores capi-
talistas: uno conservador ligado a la agroex-
portación y el otro modernizante promotor
de la industrialización. Para Cuenca, “la
contradicción entre la decadente oligarquía
agraria y la burguesía industrial en ascenso
es, pues, un hecho innegable” (1962, p.
66).
15
Cáceres Prendes (1988) cuestiona
este planteamiento de Cuenca porque este
pensaría en términos “puros” y no habría
visto el entrelazamiento de personas y grupos
familiares en ambos sectores de la economía
capitalista salvadoreña:
Un asunto que nos parece importante dejar
claro, es que en El Salvador no existían (con
tal vez sólo algunas excepciones individuales)
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industriales de tipo “puro”, que Cuenca llegara
a presentarnos como constitutivos de un sector
social definido. Dudamos que ni siquiera en
épocas más recientes pueda hablarse con
propiedad de un sector industrial con particu-
laridades diferenciales de tipo absoluto, debido
a razones del mismo desarrollo del capitalismo
en el país. Estudios más recientes han puesto
en evidencia el entrelazamiento de personas
y grupos familiares en los altos niveles de la
agricultura y la industria (Cáceres Prendes,
1988, p. 68).
No obstante, el análisis que Cuenca (1962)
hace de la “supuesta” contradicción entre
grupos económicos agrarios e industriales
concuerda con la manera de ver las rela-
ciones entre economía y política que aquí se
propone. Según Cuenca, esa contradicción
económica solo podía resolverse desde la
acción política:
Cuando la industria salvadoreña de transforma-
ción cubría sus primeras etapas y la producción
del café alcanzaba ya un alto nivel de desa-
rrollo, tal contradicción resultaba incipiente,
débil, y por ese motivo no lograba todavía
proyectarse en el plano de la lucha política.
Mas cuando el capitalismo industrial comenzó
a superar la etapa manufacturera y a sentir la
necesidad de crearse un mercado interno, se
hizo inevitable el choque de sus intereses con
la política de bajos salarios de la Oligarquía
Cafetalera, y la lucha por el control del poder
del Estado, al hacerse inevitable y necesaria, se
convirtió en la ley que habría de regir, por un
16 Comopartedeesa(re)estructuraciónpolítica,elEstadotendríaunpapelmásinterventorenlaeconomía:“ElEs-
tadoasumeunpapelde‘promotordeldesarrollo’eintervienedirectamenteenlaeconomía.Laindustrialización
encuentracabidayseveimpulsadadesdeelpoderdelEstado,quienlapresentacomosinónimodedesarrollo
ymodernidad”(Barreraet al.,2012,p.79).Turcios(2003)tambiéninsisteenesteroleconómicodelEstado.
Desdenuestralectura,sepodríaargumentarquesonlosgruposempresarialesinteresadosenlaindustrializa-
ciónlosque,actuandodesdelaestructurapolítica,utilizanalEstadoconneseconómicos.Peroestosgrupos
empresarialeseindustrialeseranmásbienlosgruposdeagroexportadoresenprocesodediversicacióndesus
negocios.
17 Losprincipalespartidosquedominaronlaescenapolíticaenladécadadelos50fueronelPartidoRevolucionario
deUnicaciónDemocrática(PRUD)yelPartidodeAcciónRenovadora(PAR).
cierto tiempo, el desarrollo de nuestro proceso
histórico (1962, p. 80).
Sin embargo, la “corrección” que habría
que hacerle al planteamiento de Cuenca es
que el enfrentamiento no fue tal. Pero es
“correcto” ver cómo la (re)estructuración del
modelo económico se va a desarrollar desde
la estructura política. Los miembros de los
grupos empresariales implicados en la reforma
del modelo económico actuarían como
agentes políticos. De esa acción resultaría no
solo una política económica que favorecería la
industrialización, sino que la estructura política
misma sería (re)estructurada
16
, a la vez que
nuevos agentes políticos emergerían de esa
(re)estructuración: los partidos políticos en el
gobierno y en la oposición.
17
El ejército gobernó El Salvador desde
1944 hasta 1979. Pero eso no quiere decir
que económicamente los grandes cafetaleros
fueran desplazados de sus negocios, o que las
medidas de política económica les afectasen
negativamente. De hecho, algunos puestos en
el gabinete del presidente Cnel. Osorio (1950-
1956) y en algunas instituciones autónomas
claves para el desarrollo industrial estaban
bajo control de empresarios vinculados a la
agroexportación (Turcios, 2003). Por su parte,
Colindres (1977) también sostiene que los
principales industriales eran al mismo tiempo,
o pertenecían a grupos familiares de grandes
terratenientes. No en balde, según Cabrera
(2022), las actividades productivas del sector
primario de la economía (agricultura, silvi-
cultura, caza y pesca) apenas perdieron 3.1
puntos porcentuales en su aportación al valor
agregado en el periodo 1951-1962; mientras
que las industrias manufactureras apenas
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incrementaron 1.7 puntos porcentuales en
su aportación al valor agregado en el mismo
periodo.
18
Entre 1962 y 1970, el aporte indus-
trial subió otros 3.2 puntos. Se nota así que el
eje de acumulación principal nunca estuvo en
la industria.
En el despegue del modelo económico
híbrido fue fundamental el apoyo a la indus-
tria vinculada a la producción agrícola, por
ejemplo, la que producía los sacos requeridos
para la exportación del café o la industria
textil para vestir a los trabajadores. Y así como
había una Asociación Cafetalera, que velaba
por los intereses de los grandes cafetaleros,
también había una Cooperativa Algodonera,
que velaba por los intereses de los grandes
algodoneros. Lo interesante es que en ambas
organizaciones de representación de intereses
estaban presentes miembros de los grupos
familiares dedicados a la agroexportación.
19
La diversificación de los negocios dentro
de los grupos familiares agroexportadores
es un hecho que, bien interpretado, sugiere
cautela ante descripciones como la siguiente:
[…] la estrategia económica y social establecida
a partir de 1948 se basaba en el equilibrio
de distintos intereses sociales. Unos eran los
terratenientes y exportadores, muy fuertes en
el aspecto económico. Por otro lado, estaban
quienes representaban sectores sociales en
ascenso: clases medias profesionales, nuevos
industriales y, en menor medida, trabajadores
industriales urbanos. El factor estabilizador
sería dado por la acción del gobierno, cuya
fuerza descansaba en el control de los meca-
nismos estatales, en particular del ejército. A
los grandes agricultores, a quienes se les exigiría
una mayor contribución al ingreso fiscal por vía
de nuevos impuestos, se les procuró ayudar
por medio de financiamientos destinados a
mejorar su productividad y para ampliar el área
18 Loscálculosestánhechosapreciosconstantesde2014.
19 Paraseguirlapistadelaparticipacióndelosprincipalesgruposfamiliaresagroexportadoresenestemodelo
económicohíbrido,consultarCastellanos(2002).
productiva. También se les trató de convencer
para que invirtieran sus considerables ingresos
en las nuevas actividades industriales que se
estaban organizando. Para ello se destinaron
sumas nunca antes presupuestadas por ningún
gobierno en la expansión de la infraestructura
económica del país: se construyeron carreteras
de suma importancia, como la del Litoral,
con su puente colgante sobre el río Lempa (el
Puente de Oro); nuevos puertos como el de
Acajutla; y, sobre todo, se construyó la represa
hidroeléctrica 5 de Noviembre, inaugurada en
junio de 1954, que constituyó en su tiempo
la obra más impresionante de esta naturaleza
en toda Centroamérica. Gracias a esta central
hidroeléctrica, fue posible contar con energía
eléctrica barata para apoyar a la naciente
industria, lo mismo que para el beneficio de
la creciente población urbana (MINED, 2009,
p. 163).
En el párrafo citado se opone a los
nuevos industriales” frente a los “terra-
tenientes y exportadores”. Como “estabi-
lizador” de ese enfrentamiento se ubica
al “gobierno”. Aparecen así tres agentes
independientes, autónomos. Y, por esta
visión, se dice que a los “grandes agri-
cultores” (los terratenientes y exporta-
dores) se les “procuró ayudar” para que
mejoraran su productividad, ampliaran
el área productiva y, sobre todo, “se les
trató de convencer” para que invirtieran
en la industria. ¿Cómo se les trató de
convencer? Con la “expansión de la
infraestructura económica del país”.
¿No debería leerse de otra forma estas
descripciones? ¿No podría decirse que los
“terratenientes y exportadores” promo-
vieron “la expansión de la infraestructura
económica del país” para diversificar
exitosamente sus negocios? La propuesta
de esta lectura alternativa de la historia
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económica y política salvadoreña lleva a
fijarse en algunas de las decisiones polí-
20 Unadiversicacióndenegociosquetambiénimplicólacreacióndebancosprivados,comoelBancodeComer-
ciodeElSalvador,elBancoAgrícolaComercial,quesesumaronalyaexistente,desde1935,BancoSalvadore-
ño(Castellanos,2003).
21 AdministraciónNacionaldeTelecomunicaciones,creadaenagostode1963.
22 InstitutodeViviendaUrbana,creadoendiciembrede1950.
23 ElPRUDsirviócomovehículopartidistaalTte.Cnel.ÓscarOsorioyalTte.Cnel.JoséMaríaLemusparaconver-
tirseenpresidentesdelarepúblicaen1950y1956,respectivamente.Enlassiguientesdosdécadas,elPartido
deConciliaciónNacional(PCN)seríaelvehículopartidistautilizadoporelTte.Cnel.JulioAdalbertoRivera,el
Gral.FidelSánchezHernández,elCnel.ArturoArmandoMolinayelGral.CarlosHumbertoRomero,parallegar
aserpresidentesen1962, 1967,1972y1977,respectivamente. Así,pues,ElSalvadortuvoseisgobiernos
militares,electosporvotopopular,durantetresdécadas.Aelloshayqueagregarlosmilitaresquegobernaron
enestructurascolectivasintegradasluegodesendosgolpesdeEstadoel25deoctubrede1950(JuntaRevolu-
cionariadeGobierno)yel24deenerode1961(DirectorioCívico-Militar).
ticas (leyes) aprobadas para impulsar los
nuevos negocios familiares”.
20
Figura 6. Muestra del marco normativo para la (re)estructuración económica en la
década de los 50
Norma Fecha
1. Constitución 1950
2. Ley de Creación de la Dirección General de Comercio, Industria y Minería 1950
3. Ley de Fomento de Industrias de Transformación 1952
4. Leyes de Impuesto a la Renta y a la Vialidad 1951 y 1953
5. Ley de Industria Hotelera 1953
6. Ley de Fomento de Teatros y Cines 1954
7. Ley de Creación del Instituto Salvadoreño de Fomento de la Producción 1955
Fuente: elaboración propia con base en MINED (2009).
El fomento de la industria en la década de
los 50 fue acompañado por una (re)estruc-
turación política. Diversos autores señalan
el carácter interventor en la economía que
asume el Estado. Ya se sabe que la interven-
ción del Estado en materia económica suele
hacerse por la vía de las políticas económicas
adoptadas. Hasta allí no habría nada nuevo.
Más bien habría que fijarse en las empresas
públicas o entidades autónomas a través
de las cuales el Estado proporciona bienes
y/o servicios a los ciudadanos. Los casos de
CEPA, CEL, ANTEL
21
e IVU
22
son ejemplos
claros. Sin embargo, el papel interventor no
tendría que suponer una (re)estructuración
política. Lo central de esta residía en la trans-
formación de la dictadura militar personalista
(de Hernández Martínez) a una dictadura
militar de carácter institucional, así como la
constitución de un sistema de partidos hege-
mónico y la organización de elecciones semi-
competitivas o no competitivas que otorgaba
legitimidad a la permanencia en el gobierno
a miembros del ejército hasta octubre de
1979.
23
Una dictadura de este tipo garantizaba
a los grandes terratenientes seguir acumu-
lando riqueza, en la medida en que seguían
teniendo el control sobre la propiedad de
grandes extensiones de tierra cultivable, a la
vez que mantenían a los trabajadores agrícolas
en condiciones de superexplotación.
Así como la (re)estructuración política de
la década de 1880 a 1890 tuvo su propia
Constitución, la (re)estructuración política
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de 1950 también tuvo la suya. Uno de los
asuntos que había que (re)estructurar era el de
la reelección presidencial. Hernández Martínez
gobernó en el marco de dos Constituciones
(1886 y 1939, la cual fue reformada en 1944).
En ese marco fue reelegido en 1939
24
y tenía
pretensiones de volver a serlo en 1944. El
marco constitucional de 1939 establecía, en
su artículo 91, que:
El Poder Ejecutivo será ejercido por un ciuda-
dano que recibirá el título de Presidente de la
República, con los respectivos Ministros.
El Presidente de la República será electo por
voto directo y público de los ciudadanos
salvadoreños conforme la ley; pero cuando del
escrutinio que practique la Asamblea Nacional
no resulte mayoría absoluta de votos, ésta lo
elegirá por votación pública entre los ciuda-
danos que hayan obtenido mayor número de
sufragios.
Excepcionalmente, y por exigirlo así los inte-
reses nacionales, el ciudadano que habrá
de ejercer la Presidencia de la República del
primero de marzo del corriente año hasta
el primero de enero de 1945, según esta
Constitución, será electo por los Diputados a la
Asamblea Nacional Constituyente, sin que por
esta única vez tengan aplicación las incapaci-
dades a que se refiere el Artículo 94.
25
El mencionado artículo 94 establecía: “El
ciudadano que hubiere ejercido la Presidencia
de la República en propiedad no podrá ser
reelecto Presidente de la República, ni electo
Designado sino después de haber transcurrido
igual período, que comenzará el primero
de enero del año de la renovación”. Con la
disposición constitucional del artículo 91,
Hernández Martínez fue reelecto.
En 1944 se volvió a reformar la
Constitución para que Hernández Martínez
25 Lasnegritassondelautor.
pudiese ser reelecto de nuevo. El artículo 90
(correspondiente al 91 de la Constitución de
1939), inciso 3.°, establecía que:
Por convenir a los intereses públicos que se
mantenga el ritmo y orientación que se les ha
marcado a los asuntos de Estado desde hace
algún tiempo; y para satisfacer las necesidades
del actual conflicto bélico internacional, lo
mismo que para la mejor solución de los
problemas de orden político, económico y
social que surgirán en la postguerra, solu-
ción que debe asegurar la tranquilidad y paz
sociales, el ciudadano que deberá ejercer,
conforme esta Constitución, la Presidencia
de la República desde el primero de marzo
del corriente año, hasta el treinta y uno de
Diciembre de mil novecientos cuarenta y
nueve, será designado por los Diputados de
la actual Asamblea nacional Constituyente. En
este período que se fija no tendrá aplicación
lo dispuesto en el artículo siguiente, ni surtirán
efecto legal el inciso próximo anterior ni las
incapacidades contenidas en el artículo 94 del
presente Estatuto constitucional.
La conocida como “huelga de brazos
caídos” acabó con las aspiraciones que tenía
Hernández Martínez de perpetuarse en el
cargo presidencial, por lo menos, hasta 1949.
Aquel movimiento social también acabó con
el martinato.
Los militares gobernantes en la década de
los 50 no podían ser reelectos, pues el artículo
65 de la Constitución de 1950 establecía:
“El ciudadano que haya desempeñado a
cualquier título la Presidencia de la República
no podrá ser Presidente, Vicepresidente o
Designado en el período presidencial inme-
diato”. La Constitución de 1962 tampoco
permitió la reelección, pues el artículo 65,
inciso 4.°, establecía: “El ciudadano que haya
desempeñado la Presidencia de la República
a cualquier título de los mencionados en
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este Artículo no podrá ser Presidente,
Vicepresidente o Designado en el período
presidencial inmediato”.
4.3. El modelo neoliberal y la
democracia electoral autoritaria (la
hibridez política)
La década de los 80 es el periodo en que
El Salvador vivió un proceso de transición
política desde el régimen autoritario, de corte
militar, prevaleciente desde 1931. Dicha
transición ocurrió bajo una modalidad que
combinaba la realización de elecciones con un
conflicto armado interno. La transición llegó
a su fin con la negociación de una reforma
política plasmada en los Acuerdos de Paz
de 1992. Tenemos así la primera parte de la
ecuación entre economía y política. Por lo
dicho en las páginas anteriores, esa ecuación
tiene una segunda parte: la (re)estructuración
económica. En otras palabras, la reforma
política de la década de los 90 debió tener
un correlato en la estructura económica. Y
así fue. En la misma década se implementó
un nuevo modelo económico, el neoliberal.
Y quienes impulsaron este modelo también
impulsaron la reforma política. El ejemplo
más notable a este nivel de agentes impul-
sores fue el presidente de la república para el
periodo 1989-1994: Alfredo Cristiani Burkard,
miembro de una de las familias cafetaleras
terratenientes.
Cristiani, como agente político, empujó
la negociación del fin del conflicto armado y
la consiguiente reforma política. Pero, como
miembro de un grupo familiar empresarial,
tenía intereses económicos: acumular riqueza
con inversiones en un nuevo sector econó-
mico: el financiero. Para tener éxito en los
nuevos negocios, el país debía ser pacificado.
Así, el éxito de la negociación política era
una condición para el éxito en los nuevos
negocios. Y, como su grupo familiar empre-
sarial, otros grupos empresariales familiares
impulsaron la reforma económica utilizando
resortes estatales. Algunos de estos grupos
eran oligárquicos en proceso de reconversión.
La figura 7 muestra algunos de esos grupos
empresariales que se beneficiaron directa-
mente de una de las primeras reformas de
la receta neoliberal adoptadas en el país: la
privatización de la banca.
Figura 7. Grupos empresariales favorecidos con la privatización de la banca
Banco Grupos familiares
Agrícola Comercial
Baldocchi Dueñas, Kriete-Ávila, Palomo-Deneke, Araujo-Eserski, Cohen,
Schildnecht y Meza
Cuscatlán Cristiani y Bahaia
Salvadoreño Simán
De Comercio Schildknecht y Freund
De Desarrollo e Inversión Salaverría Borja y Salume
De Construcción y Ahorro Zablah
Ahorromet Salaverría Prieto
Fuente: Osorio et al (2019).
Por supuesto que la reforma neoliberal no
consistió únicamente en la reforma bancaria.
La ola de privatizaciones alcanzó otros rubros
como: telefonía, transmisión y distribución
de energía eléctrica y pensiones. Además, la
reforma no se redujo tampoco solo a priva-
tizaciones. La receta incluía la liberalización
del comercio y de la inversión extranjera
directa, reforma fiscal, desregulación, etc. La
figura 8 recoge algunas de las privatizaciones
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y concesiones que se llevaron a cabo durante
las gestiones de los dos primeros gobiernos
del partido Alianza Republicana Nacionalista
(ARENA) entre 1989 y 1999. La reforma
neoliberal tuvo continuidad en El Salvador
bajo los siguientes dos gobiernos de ARENA
(1999-2009) e incluso bajo los dos gobiernos
del Frente Farabundo Martí para la Liberación
26 Laseleccionesdelperiodo1982-1991,incluyendolasdeAsambleaConstituyentede1982,fueronrealizadasen
elcontextodelconictobélicointerno.Nofueroneleccioneslibres,justas,nitotalmentecompetitivas.Poreso,las
eleccionesde1994(presidenciales,dediputadosyparaconcejosmunicipales)marcaroneliniciodeunanueva
etapapolítico-electoral.
Nacional (FMLN) entre 2009 y 2019, espe-
cialmente bajo la forma de concesiones y la
firma de tratados de libre comercio. Pero esos
20 años transcurridos desde 1999 se salen del
marco temporal fijado en este trabajo para
observar las concurrentes (re)estructuraciones
económica y política.
Figura 8. Privatizaciones y concesiones en El Salvador, 1989-1999
Presidente Año Privatización/Concesión
Alfredo Cristiani
(1989-1994)
1989
Privatización de las exportaciones del café
Privatización de las exportaciones del azúcar
1990
Privatización del Hotel Presidente
Privatización de la banca
Privatización de las importaciones de petróleo
1991
Privatización de algunas consultas externas del sistema de salud
Privatización de la investigación del café
1992 Privatización de la Escuela Nacional de Agricultura
Armando Calderón
(1994-1999)
1995
Privatización de ingenios azucareros y plantas de alcohol
Privatización de la distribución de energía eléctrica
1998
Privatización de las telecomunicaciones
Privatización del sistema de pensiones
Privatización de algunos servicios de hospitales públicos
1999 Privatización del sistema de placas y licencias
Fuente: adaptación propia con base en Moreno (2004).
La salida de los militares del control de la
Presidencia de la República fue acompañada
de la aceptación del procedimiento electoral
como único juego legítimo para acceder a
ella. Así, desde 1994, comenzó a tener plena
vigencia la competencia electoral libre, justa
y competitiva.
26
Ello supuso la participación
del FMLN sin temor a represalias y la exis-
tencia de garantías institucionales para que
se respetara el resultado. La reforma política
acordada en 1992 creó para ello una nueva
institucionalidad electoral encabezada por
el Tribunal Supremo Electoral (TSE), que
sustituyó al Consejo Central de Elecciones,
como responsable de organizar los procesos
electorales y garantizar que se llevaran a cabo
bajo estándares democráticos. Además, la
conversión del FMLN en partido político y su
participación electoral configuró un sistema
de partidos de pluralismo polarizado (Artiga-
González, 2015). La (re)estructuración política
estaba en marcha a la vez que se implemen-
taba la (re)estructuración económica. La
figura 9 es una muestra del marco normativo
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que abría camino a dicha (re)estructuración.
Se ha agregado allí la Constitución de 1983,
que fue reformada sustantivamente en 1991,
siguiendo el proceso constitucional establecido
y no, como era costumbre durante el régimen
autoritario de los militares, a través de una
Asamblea Constituyente.
Figura 9. Muestra del marco normativo para la (re)estructuración económica en la
década de los 90
Norma Fecha
1. Constitución de 1983 y sus reformas 15 de diciembre de 1983
2. Ley de Saneamiento y Fortalecimiento de Bancos Comerciales y Asocia-
ciones de Ahorro y Préstamo
6 de diciembre de 1990
3. Ley de Privatización de los Bancos Comerciales y de las Asociaciones de
Ahorro y Préstamo
12 de diciembre de 1990
4. Ley de Reactivación de las Exportaciones 18 de abril de 1990
5. Ley de Bancos y Financieras Abril de 1991
6. Ley Orgánica del Banco Central de Reserva de El Salvador 3 de mayo de 1991
7. Ley de Creación de la Comisión Nacional de Privatización 7 de mayo de 1991
8. Ley del Sistema de Ahorro para Pensiones 23 de diciembre de 1996
9. Ley de Privatización de Ingenios y Plantas de Alcohol 30 de agosto de 1994
10. Ley General de Electricidad 25 de octubre de 1996
11. Ley para la Venta de Acciones de las Sociedades Distribuidoras de Ener-
gía Eléctrica
29 de abril de 1997
12. Ley de Privatización de la Administración Nacional de Telecomunica-
ciones (ANTEL)
7 de agosto de 1997
13. Ley de Zonas Francas Industriales y de Comercialización 23 de septiembre de 1998
Fuente: elaboración propia con base en anuarios legislativos.
Pese a los importantes cambios políticos
que implicaba la (re)estructuración política
de la década de los 90, la prohibición de la
reelección presidencial fue afirmada en la
Constitución de 1983 y posteriores reformas.
El artículo 152, ordinal 1.°, establece: “No
podrán ser candidatos a presidente de la
República: 1. El que haya desempeñado la
Presidencia de la República por más de seis
meses, consecutivos o no, durante el período
inmediato anterior, o dentro de los últimos
seis meses anteriores al inicio del período
presidencial”. Esta Constitución fue más lejos
que las de 1950 y 1962, pues según el ar-
culo 75, ordinal 4.°: “Pierden los derechos de
ciudadano: […] 4.° Los que suscriban actas,
proclamas o adhesiones para promover o
apoyar la reelección o la continuación del
Presidente de la República, o empleen medios
directos encaminados a ese fin”.
Para distanciarse de la práctica del oficia-
lismo a través de un partido, como lo hicieron
los militares mediante el PRUD y el PCN, en
las décadas de los 50, 60 y 70, la Constitución
de 1983 prohibió la existencia de un partido
oficial (art. 85, inc. 2).
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Un análisis más detallado del marco consti-
tucional permite afirmar la decisión reformista
de establecer un régimen democrático que
desplazara al autoritarismo militar prevale-
ciente hasta 1979. Sin embargo, la puesta en
práctica de dicho marco solo alcanzó para
superar el carácter militar del autoritarismo
ahora mezclado con elementos democráticos
para el acceso al poder.
4.4. El modelo neoliberal 2.0 y el
autoritarismo competitivo
La década que inicia con 2020 parece
ser un nuevo momento de (re)estructura-
ciones en la historia económica y política
de El Salvador. Como los procesos están en
marcha, al igual que la década, es imposible
hacer afirmaciones categóricas sobre el estado
final de esas (re)estructuraciones. Incluso
podrían no ocurrir finalmente. Sin embargo,
algunos hechos pueden permitir hablar de
tendencias, quizá más claras en la estruc-
tura política que en la económica. Pero, al
observar bien las cosas, no parece que haya
duda sobre la repitencia del modo en que
ocurren. Una vez más, bajo determinadas
circunstancias, ciertas personas actuando
como agentes políticos toman en el control
del aparato estatal para impulsar sus negocios
en la estructura económica. Lo hacen no
solamente a través de políticas económicas,
sino incluso (re)estructurando la economía y
la política.
Dado que se trata de procesos en marcha,
conviene hacer planteamientos hipotéticos
fundamentados empíricamente. En este
sentido, la concentración de poder en el
presidente de la república que se registra
desde 2021 sugiere la existencia de una
27 Cfr.Sentencia1-2021,del3deseptiembrede2021.Estefallovaencontradelatradiciónconstitucionalista
salvadoreñaque,comosevioenlosapartadosanteriores,prohíbelareelecciónpresidencialinmediata.
28 Comoenlas(re)estructuracionespolíticasanteriormenterevisadasenestetrabajo,elactualprocesotendría
también su expresión constitucional. En septiembre de 2021, el vicepresidente entregó al presidente de la
repúblicaunestudioyproyectodereformaconstitucionalque,porelnúmerodeartículosdelaactualConsti-
tuciónqueseríanreformados,máspareceunproyectodenuevaConstitución.Alafecha,estápendienteque
dichoproyectoseapresentadoalaactualAsambleaLegislativa,poralmenosdiezdiputados,yseaaprobadoun
acuerdodereformaquedeberíaraticarseenlasiguientelegislatura(2024-2027).
29 Disponiblesenelsitiohttps://www.asamblea.gob.sv/leyes-y-decretos/decretos-por-anios/
tendencia autocrática (o deriva autoritaria)
al subordinar a la Asamblea Legislativa, la
Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía General
de la República, el Instituto de Acceso a la
Información Pública, el Tribunal de Ética
Gubernamental y el Tribunal Supremo
Electoral. Además, el sistema de partidos
parece evolucionar desde 2018 hacia un
sistema de partido hegemónico y una
sentencia de la Sala de lo Constitucional en
2021 abrió la posibilidad de la reelección del
actual presidente en 2024.
27
Estos hechos
llevan a pensar que está en marcha una (re)
estructuración del régimen político.
28
Ahora bien, de acuerdo con la figura 10,
ya se han adoptado ciertas medidas legales
con efectos económicos.
29
De nuevo, como
el proceso está en marcha, puede que no se
consolide la pretendida (re)estructuración
económica que ha implicado, entre otras
cosas, la adopción de un criptoactivo (el
bitcoin) como moneda de curso legal, la
pretensión de construir una Bitcoin City y
la intención de convertir la costa pacífica
del territorio nacional en Surf City. La
creación de la Dirección Nacional de Obras
Municipales (DOM) y la aprobación de la
Ley de Dominio Eminente de Inmuebles
para Obras Municipales e Institucionales
preparan el camino para la expropiación
de terrenos privados para el desarrollo de
infraestructura con alto impacto económico,
como los proyectos del tren del Pacífico y
del aeropuerto en la zona de Conchagua,
La Unión, además del desarrollo turístico
de la zona costera. La consolidación de
una nueva (re)estructuración económica
requiere, como en otras ocasiones y aunque
no sea suficiente, tomar el control del
aparato estatal. Las elecciones generales
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de 2024 serán un hito definitivo en esta
historia, como también lo será conseguir el
financiamiento que permita, por un lado,
mejorar la salud de las finanzas públicas y,
por otro lado, desarrollar la infraestructura
necesaria para los “nuevos negocios”.
Figura 10. Muestra del marco normativo para la (re)estructuración económica en
2021
Norma Fecha
1. Ley Bitcoin 8 de junio de 2021
2. Ley de Creación del Fideicomiso Bitcoin 31 de agosto de 2021
3. Reformas a la Ley General de Electricidad 31 de agosto de 2021
4. Ley de Creación de la Dirección General de Energía, Hidrocarburos y
Minas
26 de octubre de 2021
5. Ley de Creación de la Dirección Nacional de Obras Municipales 17 de noviembre de 2021
6. Ley de Dominio Eminente de Inmuebles para Obras Municipales e
Institucionales
23 de noviembre de 2021
7. Ley General de Recursos Hídricos 21 de diciembre de 2021
Fuente: elaboración propia con base en información disponible en el sitio web de la Asamblea Legislativa.
5. Conclusiones
De la exposición hecha en las páginas
anteriores, se podría plantear viarias
“lecciones aprendidas” como conclusiones.
En primer lugar, a nivel cognitivo, en la forma-
ción de economistas y politólogos, es nece-
sario fomentar el diálogo interdisciplinario.
La economía no es una cuestión solamente
técnica, que solo requiera de destreza para
analizar variables y fenómenos económicos
como la inflación, las tasas de interés, el creci-
miento, los precios, la oferta y la demanda, la
deuda, el comercio, la producción, etc. Todos
estos fenómenos son objeto de decisiones
políticas, las cuales pueden estar bien o mal
sustentadas tanto en lo teórico como en lo
empírico. En todos los fenómenos indicados,
se juegan intereses económicos de deter-
minados grupos y estos tratan de hacerlos
valer socialmente a través de las decisiones
políticas. Los miembros de los grupos empre-
sariales también juegan a la política. Los
grandes empresarios saben que el éxito de sus
negocios requiere no solo de pericia econó-
mica, sino también de la acción política.
Por otra parte, los estudiantes y profesio-
nales de la ciencia política deben contemplar
las relaciones entre la estructura política y las
demás estructuras sociales, especialmente la
estructura económica. Todas estas estructuras
se ven afectadas por las decisiones y acciones
que adoptan los políticos. Este llamado de
atención es sumamente importante para los
estudiosos de la política desde un enfoque
institucionalista. El funcionamiento de las
instituciones es importante. Los diseños insti-
tucionales cuentan. Hacen más fácil o difícil la
gobernabilidad. Las instituciones establecen
incentivos a los agentes o constriñen la acción
de los actores. La formalidad importa, pero
también cuenta lo sustantivo, el contenido
de la política y de las políticas. Y una parte
importante de ese contenido es económico.
Desde la política, se toman y se implementan
decisiones con consecuencias económicas.
Desde la política, se refuerzan estructuras
económicas o se las reestructura. Esas deci-
siones impactan la vida de las personas.
Las instituciones políticas importan porque
moldean la acción política, pero también
moldean la vida de las personas.
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En segundo lugar, también es necesario
superar en la formación e investigación de
economistas y politólogos el sesgo confla-
cionista. Las estructuras condicionan la vida
de las personas. Estas no viven en el aire,
fuera del espacio y del tiempo. Pero las
estructuras no actúan. La acción pertenece
a las personas, ya sea como actores o ya sea
como agentes. Estructuras y agentes deberían
estar presentes siempre en las descripciones
y explicaciones de fenómenos económicos y
políticos. Los fenómenos económicos arriba
mencionados pueden ser estructurales y hay
que saberlos describir y explicar estructural-
mente. Pero esos fenómenos son producidos
por las decisiones y acciones de los agentes.
Lo mismo vale decir para los fenómenos
políticos, entre ellos especialmente las institu-
ciones políticas. Las estructuras son las condi-
ciones en las que actúan los actores y agentes,
a la vez que son reproducidas o modificadas
por esos actores y agentes. Las descripciones
y explicaciones centradas en las estructuras o
en los actores/agentes no bastan. Es necesaria
la integración de estructuras y agentes en esas
descripciones y explicaciones.
En tercer lugar, en la historia económica y
política de El Salvador ha habido momentos
especialmente oportunos para el estudio de
las relaciones entre economía y política. En
este trabajo, se revisaron tres (re)estructu-
raciones económicas y políticas ya pasadas
(1880, 1950 y 1990) y se hipotetiza sobre una
cuarta (re)estructuración en marcha (2020). El
análisis de esos momentos históricos posibilita
establecer que las relaciones estructurales
(entre economía y política) están mediadas
por la acción de las mismas personas que se
comportan como actores o como agentes en
ambas estructuras.
En cuarto lugar, también se ha podido
notar que los procesos de (re)estructuración
han ido acompañados por la transformación
de la agencia. Así es como en el ámbito
económico, con los cambios de modelo,
acaeció también la transformación de algunos
grupos empresariales, la emergencia de
nuevos grupos y el declive de los más tradi-
cionales, aquellos que no se adaptaron a las
nuevas circunstancias. En el ámbito político,
junto con los cambios a nivel de régimen,
también se operó una modificación de
los agentes políticos y de su capacidad de
influencia después de cada modificación.
Finalmente, la insistencia en la necesidad
de observar la relación entre economía y polí-
tica no es casual. La deriva autoritaria que
está en marcha en El Salvador, a principios
de la década que inicia 2020, puede llevar a
las fuerzas democráticas a centrar su acción
solamente en la política. Como si el problema
fuera nada más que la coalición que controla
el gobierno quisiera imponer su proyecto
político, como si el presidente quisiera perpe-
tuarse en el cargo más allá de los límites que
la Constitución de 1983 le establece. Las
fuerzas democráticas tienen que ver también
hacia la (re)estructuración económica en
marcha y notar que, como en otros momentos
de nuestra historia, hay intereses económicos
en juego. Unos grupos empresariales (nacio-
nales y transnacionales) están de acuerdo con
la profundización del neoliberalismo a una
fase de mayor extracción y concentración de
riqueza. ¿Habrá grupos empresariales que
se opongan a esta tendencia económica? Si
existen esos grupos, ¿tendrán vocación demo-
crática?, ¿cuál sería su alternativa económica?
Sobre estas preguntas podrían emprender un
diálogo las personas que, como agentes, se
oponen a la deriva autoritaria. Se trata de
un diálogo que relaciona dos estructuras del
edificio social: la económica y la política.
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