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Estudios Centroamericanos
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Más de 32 años después de la masacre de la UCA: ¿tiempo de la justicia o seguirá la impunidad?
Vol. 77, núm. 769, año 2022, pp. 45-58
ISSN 2788-9580 (en línea) ISSN 0014-1445 (impreso)
y un larguísimo etcétera, no han corrido la
misma suerte. La masacre de El Mozote y
lugares aledaños (1981), la peor de las que
se perpetró en El Salvador durante la guerra
y considerada “la más grande masacre contra
civiles de la historia contemporánea lati-
noamericana”
2
, fue llevada a los tribunales
en octubre de 2016 por la insistencia de las
víctimas y la valentía de un juez que, sin
embargo, se topó con el muro de la impu-
nidad que parece permanecer con la misma
solidez que en las décadas de los ochenta y
noventa del siglo pasado.
3
En estos más de treinta años desde que
el caso de la masacre de la UCA comenzó
a peregrinar en el laberinto del sistema de
justicia salvadoreño, hay dos aspectos que no
han variado a lo largo de los años. El primero
es la impunidad de la que han gozado los
autores intelectuales de la masacre en la
que ha jugado el rol protagónico el sistema
judicial del país, sometido, casi siempre, a los
vaivenes de los poderes político y fáctico. El
segundo es la tenacidad de la UCA y de la
Compañía de Jesús para que en El Salvador
se conozca la verdad y se haga justicia. La
pregunta que levanta la mano es ¿por qué
no se ha podido hacer justicia sobre este y
ningún otro crimen de lesa humanidad en
El Salvador? Y, más en concreto, ¿por qué
persiste la impunidad después de tantos
años? En este breve texto intentaremos, desde
nuestra perspectiva, dar respuestas a estas
interrogantes y demostrar que la dilatada
trayectoria del caso de la masacre de la UCA
no radica en la “necedad”, como algunos
afirman, de los jesuitas ni de la UCA en insistir
en un caso que se perpetró hace casi 33 años.
Más bien la respuesta más inmediata hay que
buscarla en el sistema de justicia salvadoreño.
2 CorteIDH. (2012), n. 77, p. 30.
3 Después de que la Sala de lo Constitucional declarara inconstitucional la Ley de Amnistía, el titular del Juzgado
de Primera Instancia de San Francisco Gotera, Jorge Guzmán Urquilla, reabrió el caso para dar paso a un vía
crucis para recabar información en manos de guarniciones militares. En ninguna de ellas se le dejó entrar. El
juez se retiró de sus funciones en septiembre de 2021 por el decreto 144 aprobado por la Asamblea Legislativa
que obligó a retirarse a todos los jueces y magistrados mayores de 60 años. Puede leerse una carta que el juez
Guzmán envió a la Corte Suprema de Justicia llamándole a reconsiderar la aplicación del decreto en Calderón,
B. & Valencia, D. (2021).
A pesar de la permanente negativa de los
diversos gobiernos a lo largo de la historia
reciente del país para abrirle paso a la verdad
y a la justicia, los asesinatos en la UCA,
junto a la masacre de El Mozote, son los
casos más conocidos de graves violaciones
a los derechos humanos durante la guerra
en El Salvador y el mundo, en parte, porque
su judicialización ha permitido conocer la
verdad o algo de ella. El magnicidio de Mons.
Romero, “San Romero de América”, como
lo bautizó Don Pedro Casaldáliga inmediata-
mente después de su martirio, nunca ha sido
llevado a los tribunales, aunque la verdad
moral sobre su asesinato se puede conocer
con una simple búsqueda en internet. La
causa del único santo que tiene El Salvador,
del salvadoreño más universal, que fue asesi-
nado por salvadoreños y además por personas
que se confesaban católicas, no ha sido inves-
tigado en su propio país.
Un brochazo a los sucesos
Como ya se dijo, los asesinatos en la UCA
tienen ya un largo recorrido dentro del sistema
de justicia salvadoreño. El 16 de noviembre
de 1989, cinco días después de iniciada
la ofensiva guerrillera más importante del
conflicto armado, se perpetró, en el campus
de la UCA, el asesinato de los jesuitas Ignacio
Ellacuría, Ignacio Martín-Baró, Segundo
Montes, Amando López, Joaquín López y
López y Juan Ramón Moreno, y de Julia Elba
Ramos y su hija Celina, de tan solo 16 años.
El suceso conmocionó al país y a la comu-
nidad internacional. Pero los señalamientos y
amenazas contra los jesuitas y contra la UCA
no eran tema nuevo en El Salvador. Más
bien, los ataques fueron permanentes desde
el inicio de la guerra (1980) hasta el asesinato