
Vol. 77, núm. 768, año 2022, pp. 15-32
eca
Estudios Centroamericanos
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Beatos mártires del Quiché, racismo y genocidio en Guatemala
ISSN 2788-9580 (en línea) ISSN 0014-1445 (impreso)
Abstract
In the processes of liberation that the
peoples of Latin America have experienced,
many of the vindicating events have been the
object of smear campaigns, with well-directed
counterinsurgency intentions. It is important
to deepen how the Catholic Church morally
vindicates the spiritual, pastoral and social
work of its leaders, especially those who have
most influenced their commitment to the poor.
The silence of the abuse, torture, ethnocide
and genocide of indigenous communities in
Guatemala has been extreme, and the option
of the Catholic Church and other confessional
civil and religious sectors identified with these
causes have also been persecuted. With the
declaration of Beatification of the Martyrs
of Quiché, the acts of barbarism that have
been hidden for more than 40 years, in the
wakes of social and political disinformation
concerned, are implicitly denounced. In
addition, the counterinsurgency Protestant
expansion that, unified with the official mili-
tary policies of national security, attests to one
of the greatest genocidal barbarities in recent
history in Latin America. All this is faithfully
documented, testimonially and bibliographi-
cally, in intellectual and religious spheres of
importance, which, from a critical interpreta-
tion, both socially and culturally, becomes a
clamorous cry, which activates the psychology
of reparation and liberation with collective
scope, by which the dreams and utopias of
indigenous communities and movements that
fight against inequality and economic asym-
metries are renewed and cultural marginaliza-
tion and exclusion.
Introducción
Desde la beatificación y canonización de
Mons. Óscar Arnulfo Romero en El Salvador,
el 23 de mayo de 2015 y el 14 de octubre de
2018, respectivamente, el papa Francisco ha
sorprendido, paulatinamente, con la beatifi-
cación de otros tantos mártires en América
Latina. Sin duda, un tiempo que marcará un
imperativo sociológico del cristianismo católico
dentro de las notorias cualidades de actualiza-
ción sociohistóricas, tanto al interior crítico de
la Iglesia católica como en sus interrelaciones
ecuménicas.
Estas perspectivas han ido más allá de
lo sucedáneo: el 23 de septiembre de 2017,
era beatificado el P. Stanley Francis Rother,
cuyo martirio está vinculado a su servicio a
las comunidades indígenas en Guatemala,
aunque fue beatificado en los Estados Unidos.
Posteriormente, los mártires de la Rioja, el
obispo Enrique Angelelli, junto al sacerdote
Gabriel Longueville, el religioso franciscano
conventual Carlos Murias y el laico Wenceslao
Pedernera, todos beatificados el 27 de abril
de 2019.
Los mártires riojanos sufrieron el martirio
en tiempos de la dictadura en Argentina. Y
continúa la lista, el Hno. Santiago Miller, FSC,
beatificado el 7 de diciembre de 2019, en la
ciudad de Huehuetenango, Guatemala; los
mártires de Izabal, Tulio Maruzzo, OFM, junto
al laico Luis Obdulio Arroyo Navarro, el 27
de octubre de 2018, también en Guatemala.
Los más recientes, y quienes motivan esta
reflexión, son los mártires del Quiché, beatifi-
cados el 23 de abril de 2021.
En todos los casos, fueron asesinados, con
saña, lujo de represión y tortura, al estilo de
la formación de las doctrinas anticomunistas y
las estrategias político-militares de tierra arra-
sada y de seguridad nacional, que tenían su
arraigo en la Escuela de las Américas, y que
por su puesto tenía sus enclaves en los países
latinoamericanos, especialmente donde se
cohesionaron dictaduras gubernamentales al
servicio de las oligarquías y del gran capital.
Este breve análisis nos invita a ir más allá
del estereotipo religioso de la Iglesia católica,
al valorar la experiencia martirial, que data
del origen del cristianismo, “por odio a la fe”
y que tradicionalmente ha guiado, durante los
siglos, la evaluación de estos procesos, con
suma rigurosidad religiosa, en sus aspectos
históricos y sociológicos, hasta llegar a su
reconocimiento oficial.
Encontramos, además, que en estas
nuevas formas de martirio también está