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Estudios Centroamericanos
Migración inducida por el cambio climático en El Salvador
Vol. 76, núm. 767, año 2021, pp. 525-544
ISSN 2788-9580 (en línea) ISSN 0014-1445 (impreso)
por razones económicas al abordar la migra-
ción climática, no hay una forma sencilla de
identificar si la decisión de reubicarse se basa
en preferencias personales o se debe a la
exposición continua a desastres relacionados
con el cambio climático. Además, cuando se
aborda la migración inducida por el clima,
es difícil determinar si las personas que han
sido desplazadas se van a reubicar interna
o internacionalmente, y si la migración es
permanente o temporal. La literatura enfa-
tiza que “las personas que se mudan debido
al desplazamiento inducido por el medio
ambiente tienden a regresar a sus hogares
para reconstruir o, si no pueden hacerlo,
mudarse a ciudades o destinos cercanos”
(White, 2016, p. 4). Representa un reto para
la zona de envío o recepción cuando se
plantea la planificación del cambio climático
y, por lo tanto, su consideración es esencial.
Otra limitación asociada con la migra-
ción inducida por el clima es que “implica
una amplia gama de relaciones de auto-
ridad entre los individuos, la sociedad civil
y los gobiernos, [y] también complica las
relaciones diplomáticas y políticas entre los
estados” (White, 2011, p. 13), lo que ofusca
las medidas de política aplicadas y la posible
implicación para la justicia ambiental y la ética
del fenómeno.
Junto con las diferentes narrativas argu-
mentativas (Mayer, 2016; White, 2011, 2016)
o escuelas de pensamiento (Thomann, 2016)
que han dado forma a los diferentes discursos
en el enfoque del estudio de la migración
climática, cada uno de los estudios de inves-
tigación que vincula el cambio climático y la
migración ha tenido un énfasis diferente, y
ha considerado las brechas en la definición
de migrante climático (Baldwin, 2013, 2016;
Guzmán et al., 2009; Kälin, 2010; White,
2011), o ha especificado los desafíos hacia
las medidas de política (Kälin, 2012; Leighton
et al., 2011; Schwartz et al., 2012; White,
2011).
Algunos de los hallazgos de diferentes
investigaciones empíricas demuestran que la
asociación entre la migración y los factores
ambientales tiene “cambios institucionales en
torno a la descolectivización, la propiedad del
suelo y las regulaciones de registro de hogares
[y] han sido particularmente significativos en
la configuración de los patrones cambiantes
de movilidad de la población” (Adger et al.,
2002, p. 360), lo cual justifica considerar la
tenencia de la tierra como variable que explica
la migración.
Se necesita una descripción de los temas
que combinan la movilidad, la propiedad
del suelo y los desastres climáticos de lento
desarrollo para comprender realmente los
complejos vínculos entre la migración y el
cambio climático. En consecuencia, existe una
amplia gama de escenarios de movilidad que
involucran a los “migrantes climáticos” (según
lo definido por Kälin en Mayer, 2016, pp.
21-24) en los que las condiciones de “degra-
dación ambiental de lento desarrollo dete-
rioran las condiciones de vida e inducen la
migración económica interna e internacional”
(p. 21). Sin embargo, la migración no se limita
al cambio climático contemporáneo, aunque
no se puede negar que los efectos actuales
que este estén actuando como impulsores de
la migración a corto y largo plazo en muchos
casos (Sudmeier-Rieux et al., 2017; Kaczan &
Orgill-Meyer, 2019).
Por otro lado, los escenarios de movilidad
inducida por el cambio climático, los efectos
diferenciales de los desastres climáticos de
lento desarrollo que pueden relacionarse con
el calentamiento global incluyen la sequía,
la desertificación, las pérdidas repetitivas
derivadas de las inundaciones constantes y
el aumento del nivel del mar. Estos cambios,
sin embargo, solo ocurren durante períodos
muy largos, que son “tan lentos que su
‘señal’ a menudo es confusa para dilucidar
otros cambios generados por la degradación
ambiental local, la variabilidad climática
regional natural y las transformaciones polí-
ticas, sociales, económicas y demográficas”
(Mayer, 2016, p. 18). Conceptualmente, es
difícil atribuir la migración a un evento de
lento desarrollo (casos aislados de sequía,
aumento del nivel del mar, aumento de las