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Volumen 76 Número 765 Año 2021
eca
Estudios Centroamericanos
CAFTA-DR, importaciones de granos básicos y la destrucción de la agricultura salvadoreña
importados, especialmente ores, verduras,
naranjas, aguacates, tamarindos, marañones,
uvas, manzanas, así como queso y otros
productos lácteos. Hay que preguntarse por
qué Honduras exporta hacia los EE. UU.
melones, sandías y naranjas, mientras El
Salvador los importa. Costa Rica y Nicaragua
son exportadores también a ese país de
plátanos, maní, palmito, macadamia, semilla
de marañón, pistachos, mientras que nosotros
a duras penas exportamos café. Las preguntas
son: ¿dónde están los capitalistas? ¿Dónde
están los animal spirits de los emprendedores?
¿Será que las noticias falsas de la globaliza-
ción y de la apertura, junto con la comida
chatarra, las películas de muñequitos y las
“redes”, nos ha provocado un caso serio de
lobotomía lateral, integral y enteritis?
En El Salvador, hay tierras ociosas en
abundancia, hay todavía mano de obra;
entonces, con miras a promover la inversión,
se debería diseñar una hoja de ruta para la
reactivación del sector. En ese marco, la crea-
ción de trading companies podría ser valioso,
así como la creación de empresas agrícolas
capitalizadas con la venta de acciones de baja
denominación para permitir las inversiones
de muchas personas. Otra modalidad podría
ser recurrir a la titularización de los futuros
ingresos de las empresas agrícolas a ser
creadas, como se hace en la titularización de
bienes raíces.
Especial importancia radica en la creación
por cacultores salvadoreños de empresas
comercializadoras de café, que exportarían el
grano bajo criterios de calidad y de distribu-
ción de ganancias entre los accionistas. Estas
empresas también podrían establecer otras
empresas en el extranjero, por ejemplo, en
los EE. UU., Canadá, Japón, Corea y China,
para tostar, procesar y vender el café que
ellas mismas importarían. Es decir, lo que se
buscaría es la participación de los productores
nacionales en las áreas de máxima renta-
bilidad, que son la tostaduría, el molido, el
empaque, la comercialización y la venta al
por menor, mediante la apertura de cafete-
rías; o sea que se trataría de crear “estarbocs”
salvadoreños que operan en otros países. Esto
puede parecer demasiado ambicioso, pero si
dejamos de lado la patética racha de inercia
y conformismo que nos embate, sí es posible.
El asunto es retomar el espíritu de inver-
sión que hace décadas caracterizaba al pueblo
salvadoreño, encontrar de nuevo la garra, el
“ñeque”, la audacia, la valentía.
Anexo II
Hacia la promoción de la caficultura
por medio de la emisión de una moneda
electrónica
El Ministerio de Salud de Costa Rica, junto
con la empresa Próxima Comunicación, lanzó
recientemente una iniciativa para proteger el
medio ambiente consistente: primero, en una
campaña para que los hogares clasicaran su
basura y sus desechos en varias categorías,
ya sea metal, desecho de comida, plástico,
vidrio, etc., y, segundo, para que los hogares
transportaran tales desechos a centros de
colección, en donde serían cambiados, en
pago, por determinadas cantidades de una
moneda virtual, el eColón.
Para llevar a cabo esta transacción, la
persona que vendiera sus desechos tendría
que registrarse en un determinado sitio en la
web y abrir una cuenta electrónica en donde
se le depositarían los eColones.
Con las cantidades acumuladas en su
cuenta, la persona participante puede pagar
parcialmente por bienes y servicios vendidos
por empresas participantes, en las que sobre-
salen salas de cine y de teatro, hoteles, libre-
rías y otros (véase el sitio eColonescr.com).
Este sistema ha sido replicado en Panamá con
la emisión de la moneda virtual eCoins (véase
panamá.ecoins.com).
A continuación, se propone que en El
Salvador se emule esta experiencia de Costa
Rica y Panamá, mediante el diseño e imple-
mentación de un sistema similar orientado a
la protección del medio ambiente y a la reac-
tivación de la cacultura, que consistiría en el
sistema siguiente: